Seis de cada 10 universitarias fueron agredidas por sus parejas o ex parejas en algún momento de la relación sentimental, reveló un estudio aplicado a escala nacional por la Universidad San Martín.
De acuerdo con la investigación, el 58.5 % de las universitarias manifestó que la humillación fue el maltrato más frecuente que sufren, el 31.9 % expresó que fue víctima de violencia verbal y 26.9 % padeció de violencia física leve.
El coordinador general del proyecto, psicólogo Dennis López, detalló que la violencia leve se refiere a jalones, cachetadas y empujones que propinan los jóvenes a sus parejas, mientras que la grave son golpes, ahorcamientos y uso de armas punzocortantes.
Un 7 % de encuestadas indicó haber sido víctima de violencia grave. El dato debe preocupar, dijo López, pues indica que existe un grupo de jóvenes universitarias que viven situaciones intensas de violencia con sus parejas.
“Preocupa que mujeres jóvenes experimenten relaciones nocivas con sus enamorados. Si el problema no se atiende, en el futuro se dispararán los niveles de agresión y aprenderán una pauta de comportamiento que afectará sus convivencias adultas”.
En cambio, por el lado de los varones 7 de cada 10 universitarios encuestados (67.1 %) confesó haber agredido a su pareja o ex pareja alguna vez en la relación.
La investigación se realizó a través de una encuesta aplicada a 3,508 mujeres y a 3,456 hombres universitarios a nivel nacional durante agosto y diciembre del año pasado.
-Deserción y bajas en las notas-
Los efectos de este tipo de violencia se manifiestan a través de ausencias o tardanzas a las clases, más en las mujeres que en los hombres, también en deseos de deserción, que en el caso de los hombres es de 33 % y de 57% en las mujeres.
Estos jóvenes, indicó López, tienen problemas de cohesión social, es decir de relación con sus pares. No se adaptan a las exigencias académicas, a las relaciones que ellas exigen, sus niveles de rendimiento son bajos y sus compañeros no quieren trabajar con ellos.
“Este impacto se presenta a corto y mediano plazo. Se traduce en el desempeño académico pues son los que más reprueban los cursos", anotó.
Por eso es necesario que las autoridades universitarias tomen medidas preventivas, mejoren sus servicios psicológicos o creen esas oficinas si no las tuviesen, anotó.
Los jóvenes que participaron en el estudio tienen entre 18 y 25 años de edad y pertenecen a 34 casas de estudios el país, 22 públicas y 12 privadas.