Ninguna región del país muestra niveles altos de bienestar, según el “Índice de progreso social regional Perú 2016”, a cargo de Centrum Católica y Social Progress Imperative, organización sin fines de lucro estadounidense enfocada en desarrollo humano.
Moquegua e Ica son las dos más aventajadas, pero aun así solo alcanzan un nivel medio alto. En cambio, son 15 las regiones que presentan niveles de bienestar bajos y muy bajos. El promedio nacional es considerado medio bajo.
El índice –elaborado por primera vez en el ámbito subnacional– mide el bienestar de los peruanos basado en tres dimensiones. Estas son la satisfacción de las necesidades básicas (nutrición, asistencia médica, agua y saneamiento o seguridad personal), los elementos que permiten mejorar la calidad de vida (acceso a comunicaciones, salud, sostenibilidad del ecosistema) y qué tanto las personas pueden gozar de sus libertades y derechos para elegir libremente sobre sus vidas.
A diferencia de otras mediciones de progreso y bienestar, como el el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el PBI, este índice centra su atención solo en indicadores sociales y ambientales, no económicos. Mide el resultado final de las políticas públicas, más allá de la gestión que realicen los gobiernos en su implementación.
Trabajar con estos indicadores, permite “visualizar con mayor precisión qué tan eficientes están siendo las regiones en traducir su progreso económico en progreso social”, según el informe.
Principales hallazgos
Las regiones del sur, como Moquegua, Ica y Arequipa, al igual que Lima Metropolitana ocupan los primeros lugares de la lista, pero solo alcanzan calificaciones deseadas y no óptimas, de acuerdo con los estándares internacionales tomados en cuenta en la elaboración del índice.
En contraste, las regiones de la selva –Madre de Dios, Loreto y Ucayali– reportan los resultados más bajos, con lo cual se observa que aún no se alcanza un progreso social sostenido ni aceptable en los últimos años.
Destaca Madre de Dios, ya que a pesar de ser una de las regiones con mayor PBI per cápita (S/18.829, el nacional es S/17.852), este se basa en un crecimiento económico informal que genera la minería ilegal y que no se ha traducido en bienestar social.
Por otro lado, se observa la persistencia de la brecha entre el mundo rural y urbano en todas las dimensiones analizadas. Esto se refleja especialmente en el acceso a servicios básicos como saneamiento y electricidad, sobre todo en las regiones de la sierra sur (Cusco, Puno) y de la selva (Loreto, Ucayali).
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