El problema de los residuos sólidos, y su correspondiente tratamiento, tiene una alternativa de solución en la ciudad de Puno. Hoy fue inaugurado el primer relleno sanitario certificado que permitirá manipular las aproximadamente 80 toneladas diarias de basura que se producen en esa localidad.
La infraestructura, cuya construcción comenzó a proyectarse dese hace unos 10 años atrás, fue considerada como la primera con esas características en toda la zona sur del país, según Sonia Aranibar Tapia, directora general de Gestión de Residuos Sólidos del Ministerio del Ambiente (Minam).
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El relleno sanitario está ubicado a unos 20 kilómetros de la ciudad de Puno, en un terreno que pertenece a la comunidad campesina Itapalluni, sobre un área que abarca en total unas 21 hectáreas.
El complejo comprende cuatro celdas transitorias y tendrá un periodo útil de tres años, al cabo del cual deberán ampliarse con otras celdas en el mismo espacio. Además, cuenta con edificios para administración e instalaciones sanitarias, sistema de generación eléctrica autónoma, báscula de control (pesaje), sistema de abastecimiento de agua y saneamiento (biodigestor). Zonas de drenaje etapa 1, de aprovechamiento (área de valorización) y la zona de relleno sanitario.
Según el alcalde provincial de Puno, Martín Ticona Maquera, la infraestructura está construida en un terreno técnicamente adaptado para recibir residuos sólidos clasificados, es decir, las celdas son para la basura no aprovechable, como restos de medicamentos.
En cambio, aquellos restos de cartones, papeles, botellas plásticas, son considerados como aprovechables y cuentan con su propia área. La basura orgánica (restos de alimentos, plantas, etc.), estarán destinados a una planta de compostaje que será implementado próximamente dentro del mismo complejo.
Un estudio de caracterización de los residuos sólidos que se producen en la ciudad de Puno, determinó que el 50% son orgánicos, 30% inorgánicos aprovechables y el resto son residuos inorgánicos no aprovechables.
La infraestructura fue construida con un monto total de S/ 12 millones, financiados por el Ministerio del Ambiente, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y una contrapartida de la Municipalidad Provincial de Puno.