Uno de los anuncios más importantes de la delegación peruana en la Conferencia de las Partes (COP25, por sus siglas en inglés) realizada en Madrid (España) fue que por segundo año consecutivo nuestro país logró reducir la tasa de deforestación en la Amazonía. Es así que entre 2017 y 2018 pasamos de 155 mil 914 a 154 mil 766 hectáreas perdidas de bosque.
► El Perú logró reducir la deforestación en la Amazonía en el 2018
► Gobierno trabaja medidas de mitigación ante impacto de carreteras en bosques
Es decir, según las cifras de la Autoridad Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego y el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del Ministerio del Ambiente, la reducción en este último año fue de 1.148 hectáreas, un área similar al distrito limeño de San Isidro.
Luis Alberto Gonzales-Zúñiga, director Ejecutivo del Serfor, explicó a El Comercio que si bien se debe resaltar que el Gobierno mantenga la tendencia de reducir la deforestación, la pérdida de aproximadamente 125 mil hectáreas por año es “extredamamente alta”.
“Por más que logremos reducir un promedio de 1.000 hectáreas por año, la cifra de pérdida es tremenda. Desde el 2001 hasta la fecha se han perdido más de 2 millones 200 hectáreas. En 35 años hemos perdido 7.8 millones de hectáreas. La pregunta es legítima: ¿vamos a necesitar 80 años para lograr una reducción significativa de la deforestación?. Es algo inaceptable”, manifestó a este Diario Gonzales - Zúñiga.
El funcionario precisó que entre el 90% y 92% de la deforestación del país se genera por la agricultura migratoria, actividad de subsistencia que arrasa con los árboles, quema la madera, cultiva y luego abandona la zonas cuando se agota la fertilidad del suelo. Gonzales- Zúñiga añadió, que en el Perú hay un promedio de 125 mil familias que basan su subsistencia a este tipo de actividad y quienes actualmente ocupan un área de un millón y medio de hectáreas.
“Como Serfor nos estamos organizando para el próximo año empezar a trabajar con estas familias y acercarlas a la tecnología adecuada para que mejoren los rendimientos de sus cultivos , crianza y que eso les impida avanzar un centímetro adicional en el bosque”, manifestó el director de Serfor.
Además, mencionó que las actividades ilegales como la tala ilegal, la minería ilegal, los cultivos ilegales y el tráfico ilegal de fauna mantienen en contaste amenaza la Amazonía y son también causas permanentes de deforestación.
—Necesidad de aumentar los esfuerzos—
Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente, señaló a este Diario que el país está frente a una necesidad de aumentar los esfuerzos para reducir la deforestación ocasionada por la agricultura migratoria, sobre todo en el marco del compromiso ante la COP25 de reducir de 30% a 35% las emisiones de gases de efecto invernadero al año 2030.
“Nosotros ya tenemos en ejecución una serie de programas e intervenciones. Uno de ellos es el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del que estamos planteando una ampliación de la vigencia que vence a mediados del próximo año. Este programa tiene una cobertura cercana a los 2 millones de hectáreas bajo acuerdo de conservación y se trabaja con 200 comunidades nativas para brindarles incentivos económicos y financieros”, relató Quijandría.
El viceministro consideró que la clave buscar que la población tenga alternativas de trabajo que implique mantener el bosque en pie.
—Caminos forestales—
Si bien en términos de índice de deforestación, los caminos forestales abiertos en los últimos años en la Amazonía representan un porcentaje mínimo en comparación a la generada por la agricultura migratoria o la minería ilegal, es considera como un foco de atención por el Gobierno según se informó durante la COP25.
Como lo ha explicado Daniel Castillo, jefe del Área de Monitoreo del Estado de Conservación de los Ecosistemas en Bosques del Programa Nacional de Conservación de Bosques del Minam, las alertas tempranas que emiten debe servirle a que las autoridades para tomar acciones a tiempo.
“Algunos de estos caminos que se adentran en tierra de nadie, terminan por ser utilizados para actividades ilegales como narcotráfico o la tala ilegal y hasta el cultivo de hoja de coca. Al permitir el acceso a zonas alejadas se abren parcelas donde estas actividades ilícitas se instalan”, dijo.
—Loreto es la región más deforestada—
La región con la mayor tasa de deforestación en el 2018 fue Loreto con 26.203 hectáreas, seguida por Ucayali con 25.991 hectáreas, Madre de Dios con una pérdida de 23.492 hectáreas y San Martín con 21.991.
La pérdida de bosques calificada de muy alta y extremadamente alta se ha concentrado en seis zonas: entre las regiones de Huánuco y Ucayali; en Madre de Dios en la zona de minería entre las provincias de Tambopata y Manu; en la frontera de Junín y Ayacucho; en el distrito Alto Biavo en San Martín; en el distrito de San Pedro de Putina en Puno y en la provincia de Condorcanqui en la región Amazonas.
Según Serfor y el Programa de Bosques se estima que las carreteras, que facilitan el acceso a zonas aisladas, impulsan de manera directa e indirecta más del 60% de la deforestación en la Amazonía.