RALPH ZAPATA RUIZ
Luego de seis horas de espera, tiempo que duró la lectura de los resultados finales de la necropsia practicada a Edita Guerrero Neira, a las 11:30 p.m. de ayer se develó el misterio en torno a la muerte de la vocalista de Corazón Serrano. Según el abogado de la familia Guerrero Neira, Juan Díaz Polo, Edita fue masacrada por su marido Paul Olórtiga, quien le causó 28 lesiones en diferentes partes del cuerpo y la cabeza. Una de esas contusiones fue mortal, y le ocasionó una “luxación occipito atloidea”, que finalmente le provocó una depresión respiratoria y después la muerte.
Según los resultados de la necropsia, practicada a los restos de la cantante tres meses y medio después de su fallecimiento, Edita “sufrió en vida contusiones severas en cabeza y cuello, además de múltiples contusiones leves en tórax, abdomen y extremidades, los cuales provocaron hemorragia cerebral subaracnoidea traumática”. El documento pertenece a los resultados de la necropsia del Instituto de Medicina Legal “Leonidas Avendaño Ureta”.
El documento concluye que la causa final de la muerte de Edita fue una depresión respiratoria central medular cérvico bulbar. La causa intermedia fue hipermovilidad e inestabilidad occipito atloidea y una causa básica fue la luxación occipito atloidea, causada por golpes y contusiones.
PRISIÓN PREVENTIVA PARA OLÓRTIGA
Díaz Polo dijo que “Eda Guerrero recibió una atroz paliza antes de morir. Se descarta el aneurisma. Ella murió por las múltiples lesiones en su cuerpo y cabeza. Ahora le toca al Ministerio Público configurar el delito, pero Paul (Olórtiga) no debería recibir menos de 15 años de cárcel. Edita nunca se cayó de las escaleras, aquí hay la comisión de un delito y hay un responsable”, comentó.
Agregó que el siguiente paso será que el Ministerio Público, a más tardar el lunes, solicite inmediatamente la prisión preventiva para Paul Olórtiga, viudo de Edita y ahora imputado de un delito. “Él (Olórtiga) ha mentido incluso a su defensa, pues la reacción de esta ante el informe ha sido de sorpresa. Queremos que Paul se ponga a derecho y afronte este proceso que se le viene”, dijo Díaz Polo.
A la salida del Ministerio Público de Piura, donde se llevó a cabo la diligencia, el abogado de Paul Olórtiga, Edward Sánchez Rozas, no declaró a la prensa. Se le veía con el rostro desencajado, conmocionado, y con una actitud derrotada, con la cabeza agachada. Tampoco se vio a ningún familiar de Olórtiga.
MÉDICOS INVESTIGADOS
Díaz Polo fue claro también acerca de la responsabilidad de los tres médicos (Pablo Alberto Sánchez Barreda, Jhon Gabriel Mogollón Aparicio y Aldo Danton Vences Balta) que atendieron a Edita Guerrero Neira en la clínica Belén al no advertir ninguna de las 28 lesiones que presentaba en el cuerpo y cabeza. “Ellos ya pasaron de ser testigos a investigados. Está claro que han cometido negligencia, omisión u ocultamiento de información. Y esa conducta está tipificada. Nos llama la atención que ni siquiera se haya tomado en cuenta un hematoma. Los médicos tienen total responsabilidad en lo que ha pasado. Prácticamente, los médicos la han dejado morir”, dijo.
Se conoció, asimismo, que los médicos aún no declaran, pues pidieron –por intermedio de sus abogados– una reprogramación de la diligencia en el Ministerio Público. Ninguno de los tres registró, en su informe, siquiera un hematoma en el cuerpo o cabeza de Edita Guerrero. “Si los médicos hubieran advertido eso y tratado a Edita como se debía, entonces ahora ella estaría viva, se hubiera salvado. Eda debió ser inmovilizada, usar un collarín, pero no se hizo. La dejaron morir dentro de la clínica”, precisó.