Gran parte de los castañeros de Madre de Dios están cambiando sus costumbres y ya no talan los árboles maderables del bosque. Esto gracias a la iniciativa de los bonos de carbono que, además de generarles ingresos, protege el medio ambiente. “Esto es el futuro de las concesiones de castaña”, dice Juan Carlos Grifa Dea presidente de la Federación de los castañeros de Madre de Dios.
Los bonos de carbono son un método de compensación de emisiones de dióxido de carbono, son un mecanismo de lucha contra el cambio climático. Los proyectos de bonos de carbono evitan o capturan la emisión a la atmósfera de distintos gases de efecto invernadero. En el caso de la región de Madre de Dios, se da a través del desarrollo del Proyecto Redd+ castañeros de conservación y protección del bosque amazónico. Por cada bonos de carbono, los castañeros reciben cantidades de dinero.
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Marita Vargas Cardoso, Juan Carlos Grifa y Key Brian Carasas Gallegos son parte de los 405 concesionarios de castañas que son parte del proyecto. Durante el 2021 han recibido, como concepto de utilidades por la venta de dichos créditos de carbono, la suma de 29.500 soles cada uno. Entre los 405 castañeros, se superan los 11 millones de soles por los bonos. Además, se espera cada año que pasa se reciban sumas superiores, pues “el precio de los créditos de carbono está en ascenso, aunque el mercado de crédito es variable, pero está en ascenso”, explica Eduardo Galindo, gerente de la empresa Bosques Amazónicos (BAM).
Durante este año, ya son más de 600 castañeros que están iniciando su asociación con el proyecto REDD+ Castañeros de la empresa BAM, una empresa forestal, dedicada a la conservación de los bosques y su aprovechamiento sostenible, que gerencia los créditos de carbono en los mercados internacionales.
En Madre de Dios existen 1.200 concesionarios de castaña, de asociarse todos al proyecto, se podría hablar de una cifra mayor a los 40 millones de soles de ingresos por inversión privada en el sector castañero. Una cifra récord para la conservación y manejo sostenible de los bosques en la región.
Es un contrato que hace una persona con el estado para aprovechar la castaña y los valores que tiene ese bosque.
Los castañeros reciben ingresos por la comercialización de los productos de la castaña, pero con los ingresos adicionales que están recibiendo por las utilidades de los créditos de carbono están costeando los estudios de sus hijos. Asimismo, han comprado equipos y maquinarias para mejorar el proceso de extracción de la castaña. Estas son inversiones que en otros tiempos no hubieran sido posibles de realizar. “Los ingresos adicionales de los créditos de carbono le está añadiendo un valor al bosque, en beneficio de los concesionarios de castaña”, dice Eduardo Galindo, gerente de la empresa BAM.
Pero la buena noticia no es solo para las personas, sino también para el bosque de Madre de Dios, pues los castañeros dejan la tala de árboles maderables gracias a los ingresos que reciben de los bonos. “Es tres veces más rentable tener ingresos por créditos de carbono que los ingresos por la venta de la madera de un árbol talado. Es ahora más rentable tener un árbol de pie”, dice Galindo.
Asimismo, es una estrategia para enfrentar las actividades ilegales que provocan la deforestación y la tala de bosques primarios como la minería ilegal y tráfico de tierras para la agricultura migratoria asociada al sembrío de coca que se ha intensificado en los últimos años en esta región. Según los informes de deforestación del Ministerio del Ambiente, más de 20 mil hectáreas se deforestan cada año, desde el 2017 al 2021.
Época de cosecha retrasada
La zafra, época de cosecha del producto de la castaña, empieza esta vez con un mes y medio de retrasó debido a las manifestaciones y la toma de la vía Interoceánica por 36 días por la crisis política y social que vivió el país. Generalmente, los meses de enero, febrero y marzo son los meses de la recolección de castaña.
Por otro lado, este año el precio de la barrica de castaña (saco de 80 kilos) está entre 180 y 190 soles. “Este precio no cubre los gastos de extracción de la castaña”, dice Key Brian Carasas Gallegos. Los castañeros esperan que el precio mejore en los próximos meses para comercializar sus productos. El precio de dicho producto está sujeto a los mercados internacionales; la guerra en Ucrania y la crisis política en el país han afectado a las economías de los castañeros.
Este Diario visitó las concesiones de castaña para conocer cómo es la recolección de esta nuez amazónica. En esta actividad, las mujeres son titulares del 34% de las concesiones y participan del trabajo de la recolección, chancado y pelado de la castaña.
La titularidad de las concesiones se mantiene por generaciones y las familias tratan de mantener y conservar los bosques para las futuras generaciones. “Somos castañeros desde que tenemos uso de razón y nuestros padres nos educaron y formaron con el trabajo de la castaña”, dice Juan Carlos Grifa. Su abuelo era un shiringuero, dejo su concesión a su padre y, luego, a su nieto.
Marita Vargas también es parte de la tercera generación de castañeros. Sus abuelos tenían una concesión que la dejaron a sus padres y sus padres se la dejaron a ella. Marita le dejará la concesión a sus hijos para que sigan conservando los castañales.
La concesionaria de Marita Vargas tiene un área de 1.340 hectáreas y está en el sector de Pampa Hermosa, kilómetro 49 de la vía Interoceánica del distrito de las Piedras, en la provincia de Tambopata. Aquí la encontramos pelando su castaña. En el lugar, tiene un almacén donde guardan y hacen secar la castaña. Luego de un proceso de remojo en agua, la pelan en un banco con el apoyo de una máquina manual. El producto de primera calidad se prepara para la exportación, con el de segunda se obtienen dulces, galletas, harina y aceites de castaña.
Para recolectar la castaña en el bosque, Marita se pone un casco, carga una canasta en sus espaldas y un recogedor en la mano. Así nos enseña cómo se recogen, como se chancan y como se traslada en barricas la castaña a los almacenes.
El proyecto RED+ y los créditos de carbono
Los castañeros que tienen contratos de concesión tienen también los derechos a los recursos ecosistémicos del bosque, como la extracción de la castaña hasta la captura de carbono. El carbono que está almacenado en el tronco de los árboles puede ser medido y cuantificado en unidades, estas son los “créditos de carbono”. Y, estos se comercializan.
El proyecto REDD+ castañeros es un proyecto que empezó en el 2009, asociando a los castañeros de Madre de Dios, preparándolos para conservar sus bosques y para obtener los créditos de carbono. Los beneficios por la venta de los créditos de carbono recién se empezaron a recibir en el 2022.
Para esto se requiere el control, monitoreo y vigilancia con drones y herramientas especializadas, pues se debe supervisar que no exista tala de árboles, deforestación, invasiones para tala ilegal, etc. Se monitorea el área de la concesión por el personal especializado y se controla los bosques para que los concesionarios de castaña cumplan con la conservación. El proyecto brinda asistencia técnica para agroforestería, certificación orgánica de la castaña y aprovechamiento de otros productos del bosque como el aguaje y el ungurahui.