Hace más de 14 años, el biólogo y docente universitario Víctor Velásquez Zea y 20 estudiantes de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios crearon un centro de rescate de serpientes al que llamaron “Serpentario tropifauna”. En este lugar rescatan, cuidan, curan y alimentan a los reptiles para devolverlos a su hábitat natural. Desde su fundación ya han liberado aproximadamente 200 serpientes y otros animales como monos machines, cotos o monos aulladores. Hoy, este centro de conservación corre grave riesgo.
El serpentario, donde se alberga animales rescatados por las autoridades forestales, se sustentaba con el pago de las visitas y delegaciones de estudiantes que llegaban al lugar para ver a más de diez variedades de serpientes, distintas especies de monos, guacamayos, lechuzas, auroras, picuros, achunis o agutis y tortugas. “Pero ahora con la cuarentena no llega nadie y no hay ingresos, y lo peor no hay como alimentar a las serpientes”, dice Luis Arial Cuadros Taiña, un estudiante de la carrera de ecoturismo que es el guía y guardián del serpentario. Por ello, piden apoyo al Gobierno central, a través de SERFOR, para no cerrar el centro, ya que las serpientes corren el riesgo de morir a falta de alimentación.
En el Serpentario tropifauna, se alberga animales rescatados por las autoridades forestales, y se quedan en calidad de custodia para su rehabilitación y liberación, para la promoción del turismo, la educación ambiental y la investigación científica. Es un refugio especialmente para el rescate, cuidado, alimentación de serpientes, de todas las especies. Incluido la boa constrictora, anaconda.
El centro se ubica en la comunidad del Triunfo, provincia de Tambopata, en la región de Madre de Dios, en una hectárea del bosque tropical. Se creó “porque los agricultores de la zona, golpean y matan a las serpientes porque tienen la idea de que son dañinas y perjudiciales” dice Cuadros Taiña. “Las serpientes no atacan a los seres humanos, a menos que se vean amenazados. Ellas son útiles porque mantienen el equilibrio de las demás poblaciones animales, como roedores y así evitan que puedan propalar plagas a los seres humanos. Son controladores biológicos y también sirven de alimento para otros animales, como las aves rapiñas”, agrega el biólogo Velásquez Zea. Muy por el contrario, , explica el Biólogo Víctor Velásquez Zea.
El mito de la Shachamama o Yacumama
En la región de Madre de Dios existe el mito de la Shachamama o Yacumama, la madre de la tierra. Los primeros pobladores dicen haber visto anacondas de tamaños descomunales, de hasta 20 metros y de un metro de grosor, y que estos animales, cuidaban y protegían los ríos y los lagos de la amazonia. Muchos exploradores habrían desaparecido en sus fauces. Lo cierto es que las anacondas más grandes que se han registrado científicamente tienen hasta de 10 y 11 metros. Sin embargo, a diferencia de otros animales del bosque, ellas pueden crecer toda su vida y no sería raro que hayan existido hasta de 15 o 18 metros en lugares muy vírgenes. Es de ahí, donde nació el mito de la Sachamama o serpiente gigante, explica el biólogo Víctor Velásquez Zea.
En las instalaciones del Serpentario Tropifauna hay una anaconda de 6 metros, hembra. Se llaman “Ana” y lleva 6 años en el albergue. Para alimentarla se requiere hasta 5 pollos cada 15 días. Ella, como todas las de su especie, no come animales muerto. “Las anacondas no comen carroña, ellas cazan sus alimentos vivos para ingerirlo”, sostiene Cuadros Taiña.
“Ana” llegó al centro cuando tenía 2 metros. Unos agricultores la querían matar con escopeta porque descubrieron que se comía sus pollos. Afortunadamente cambiaron de opinión y llamaron a la policía ecológica, quienes se contactaron con el Serpentario tropifauna, y, con el apoyo de las autoridades forestales, fue atrapada y rescatada.
De igual forma llegan otras serpientes, como las boas de tierra o mantonas, boa arcoíris, serpiente chicotillo, serpiente arboricida o ratoneras.
¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el COVID-19.
En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.
¿Cómo se contagia el coronavirus?
La COVID-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.
En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.
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