Los vestigios en los valles de Virú, Moche y Chicama no solo han permitido a un grupo de arqueólogos peruanos y extranjeros determinar los períodos cronológicos de algunas de las civilizaciones que habitaron estas áreas de la costa norte, sino también han servido para obtener información de la presencia del fenómeno de El Niño y de la sobrevivencia de los antiguos habitantes del Perú.
Ari Caramanica, arqueóloga estadounidense de la Universidad de Harvard e integrante del equipo de investigadores del Proyecto Arqueoambiental del Sector del Valle Medio de Chicama, Mocán, Complejo Laguna y Tres Cruces, reveló algunos hallazgos del trabajo de campo.
—¿De cuándo data la presencia del fenómeno en el Perú?
La presencia del fenómeno de El Niño en la costa norte tiene un mínimo 15.000 años. Tenemos varios estudios que nos indican que la frecuencia ha aumentado a partir del 5.000 antes de Cristo, es decir, hace unos 7.000 años.
—¿Qué tipo de estudios y qué hallazgos ha efectuado el equipo de trabajo que integra?
Hemos realizado prospecciones en la pampa de Mocán, en Chicama [La Libertad]. Allí se puede ver por dónde ha pasado gran cantidad de agua y sedimentos de inundaciones. Estamos realizando un estudio paleobotánico en la universidad Cayetano Heredia que muestra el uso de plantas de las culturas antiguas, como maíz, algodón, maracuyá o lúcuma, y de especies que normalmente se encuentran en la selva. Hay procesos que pueden estar relacionados con los cambios climáticos que todavía no podemos definir bien.
—¿Qué culturas de la zona estudiada soportaron el fenómeno?
Entre el año 900 antes de Cristo al 1500 de nuestra época en esa área estuvieron las culturas Cupisnique, Moche, Chimú, Lambayeque e Inca.
—¿Qué indicadores ofrece la infraestructura hallada?
Parece que parte de la infraestructura de los canales de las diversas zonas del norte han sido abandonados en ciertos momentos y probablemente fueron usados cuando había saturación de agua.
—¿Es posible que algunas culturas hayan abandonado la costa durante el fenómeno?
En varias partes de la costa hay evidencias que sugieren esto. Estamos viendo que la ocupación era estacional y eso, en cierto sentido, es una adaptación a los efectos de El Niño.
—Entonces, ¿hubo una convivencia con el evento climático?
Los antiguos peruanos sabían adaptarse a El Niño. Este es un fenómeno muy complicado; hasta ahora no sabemos dónde habrá inundaciones fuertes. Vemos que la gente estuvo en un movimiento constante y eso básicamente es una adaptación, aun cuando existió destrucción en sitios monumentales.
—Los hallazgos sugieren que las antiguas culturas supieron aprovechar las precipitaciones.
Sí. En la zona estudiada hasta ahora no tenemos hallazgos de restos animales, salvo huesos de pescados y conchas.
—¿Cuándo realizarán nuevos estudios?
En mayo realizaremos excavaciones para tomar nuevas muestras paleobotánicas.
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