Unos treinta ejemplares de hasta cinco variedades de árboles y arbustos, que formaban parte del bosque de especies nativas de la sede central de la Dirección Regional de Cultura de Ica, habrían sido talados y quemados. La denuncia la hizo ayer el biólogo Alfonso Orellana García, representante de la ONG Proyecto Kew Perú.
El especialista afirmó que, sin un informe técnico y bajo el argumento de que podían servir de escondite de ocasionales delincuentes, la entidad cultural destruyó guarangos, molles, taras y espinos, especies declaradas en riesgo de extinción.
El fiscal de prevención del delito Juan Salas inspeccionó ayer la zona donde se habría erradicado los árboles y ordenó un peritaje técnico para determinar el daño causado.
La Dirección Regional de Cultura de Ica desmintió que hayan talado y quemado más de treinta ejemplares.
Tras reconocer que se dispuso la poda de unos setenta guarangos que forman parte de este bosque, afirmó que la tala y la quema de algunos espinos (arbusto nativo) se hicieron con la opinión técnica de un ingeniero forestal, quien constató que esta especie presentaba algunas plagas y enfermedades.
“Solo se procedió a podar y recortar las ramas de unos setenta guarangos que habían crecido desmedidamente y que, por su cercanía con un muro perimétrico, representaban un peligro de escondite de delincuentes para perpetrar un asalto a las instalaciones del Museo Regional de Ica. Este lugar alberga mantos, ceramios y objetos precolombinos de incalculable valor histórico”, argumentó un vocero de la entidad.
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