A mediados de marzo, la Contraloría General de la República emitió dos informes en los que advertía que más de dos millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca vencerían el 31 de marzo. El lote más grande, valorizado en S/ 57 millones, se encontraba en el almacén del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares). El entonces ministro de Salud, Hernán Condori, rechazó que las vacunas iban a caducar.
No obstante, esta situación no ha sido solucionada y, por el contrario, se han emitido más reportes de vacunas en riesgo de vencer. La Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio revisó los informes publicados por la contraloría y halló que, entre el 1 y el 22 de abril, se publicaron ocho nuevos documentos en los que se advierte que alrededor de 430.234 dosis de AstraZeneca y Pfizer -estas últimas, pediátricas- vencieron o estarían a punto de vencer.
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Los informes, además, confirmaron que 44.637 dosis de vacuna de AstraZeneca se perdieron en las Direcciones Regionales de Salud y centros de salud de Junín, Puno, Callao, Lima Este y Tumbes. El 53% corresponden a la Dirección Regional de Salud (Diresa) del Callao.
Por otro lado, más de 288 mil dosis habrían vencido entre fines de febrero y fines de marzo. El 69% de estas vacunas también se encontraban en los almacenes de la Diresa Callao y en 16 de sus centros de salud. Por su lado, 44.079 dosis vencerían el 30 de abril.
Con el total de dosis perdidas, se habría podido vacunar a todas las personas mayores de 18 años que aún requieren una tercera dosis en la Provincia Constitucional del Callao.
Vacunas pediátricas en riesgo
En los informes de contraloría se detalla también que ya no solo son vacunas de AstraZeneca las que se encuentran en riesgo. 52.844 vacunas pediátricas del laboratorio Pfizer también estarían en peligro de caducar sin ser utilizadas.
Estas se encuentran almacenadas en la redes de salud del Callao y Puno, en las direcciones de salud de Loreto y Huánuco y en cuatro centros de salud de esta última región: Perú - Corea, Amarillis, Las Moras y Potracancha. Las supervisiones realizadas entre el 6 y 19 de abril por los órganos de control muestran que estas vacunas, aplicadas únicamente a niños, caducarán el 30 de abril.
“No se pueden perder vacunas. Hay que considerar que aún falta vacunar al 55,6% de niños de entre 5 y 11 años con la segunda dosis”, dice el doctor Eden Galán-Rodas, exdirectivo del Colegio Médico. A la fecha, más 2,6 millones de niños (el 63,7%) han recibido la primera dosis, y 1,8 millones (el 44,4%) la segunda.
A cuatro meses de iniciada la vacunación de este grupo etario, más de 2,3 millones de niños aún no tienen sus dos dosis. Huánuco, Loreto y Puno son las regiones que aún no alcanzan ni el 35% de inoculación de niños con dos dosis. Puno es la segunda región con menos niños con dos vacunas contra el COVID-19: apenas registra al 17,9% con dicho número de vacunas.
Demoras en la ruta
Cuando una vacuna llega al país, es trasladada inmediatamente al almacén del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares). En este lugar, permanece entre tres y cuatro días antes de repartirlas. “Hay un proceso de registro del lote. Es un trámite tedioso que se debe realizar”, afirma el doctor Galán-Rodas. Durante estos días, Cenares verifica que la Diresa, las Diris y los centros de salud cuenten con una cadena de frío en óptimas condiciones.
Luego de ello, Cenares envía las vacunas a las Diresas y Diris, desde donde son repartidas hacia los centros de salud, después de realizar el registro de lotes. Este trámite también demora entre tres y cuatro días. “En teoría, el trámite debería demorar menos, ya que se supone que Cenares previamente colocó los detalles de los lotes”, señala Galán-Rodas.
Finalmente, los lotes son repartidos a los diferentes centros de salud y vacunatorios. Es decir, El tiempo desde que ingresan hasta que son repartidas a los centros de vacunación, no debería exceder los 8 días. Sin embargo, según los informes de la Contraloría, estas pueden permanecer en los almacenes, tanto de Cenares como de las direcciones y redes de salud, hasta poco más de un mes.
“Es un problema de logística y desatención”, asegura Galán-Rodas. Según explica, hay retrasos al momento de verificar si los establecimientos de salud cuentan con adecuadas cadenas de frío, ya que muchos de estos lugares aún carecen de ellos. Además, no hay suficiente personal y existe un problema de supervisión.
En cuanto a las vacunas que se pierden en los centros de salud, Galán-Rodas indica que es importante que la población vaya a vacunarse. “Hay países que aún no han conseguido vacunas suficientes para todos sus ciudadanos. Nosotros contamos con ellas, debemos acercarnos a vacunar”, recalca.
Este Diario se comunicó con el Ministerio de Salud. Voceros de la entidad aseguraron que enviarían sus descargos, pero hasta el cierre de este informe no respondieron a nuestras consultas.
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