Se pensaba que, tras haber viajado a Arequipa por el Día de la Madre, el presidente del Frente de Defensa del Valle de Tambo, Pepe Julio Gutiérrez, no regresaría a Cocachacra, uno de los epicentros de las protestas contra el proyecto minero Tía María. Básicamente, para evitar ser capturado ante una eventual orden de detención. Sin embargo, ayer este Diario lo localizó en su vivienda (alquilada, asegura él), ubicada a pocos metros de la plaza San Francisco, desde donde diariamente salen a marchar los opositores al proyecto. Allí habló de los audios en los que, supuestamente, coordinaría un pago de S/.1,5 millones para levantar el paro en Islay.
— ¿Las protestas van a continuar tal como están?
La decisión de la última asamblea, realizada el domingo, es continuar. Ellos esperan una solución.
— ¿Cuál sería esa solución?
Yo creo, a nivel muy personal, que la solución es que se sienten las partes en conflicto, pero para mí la empresa Southern Perú ya no representa una de las partes. Hay hechos que motivan cambios, rupturas, todo dentro de un contexto. Hoy, para mí, la solución está en que se entiendan las dos partes.
— Pensé que me iba a responder algo directamente relacionado a si va o no el proyecto Tía María.
El pedido de la población es claro: agro sí, mina no. Es un lema. Pero no es que no quieran minería, lo que no quieren es el proyecto Tía María. Por tantas fricciones, los muertos y heridos, tiene que haber una reacción empresarial y que pueda facilitar la acción del Gobierno cancelando el proyecto. Este es un tema social, y la solución debe ser del lado social, no técnico. La cuestión es cómo sentarse a conversar. Ahora debería hacerse con las personas que tienen capacidad de decidir; ya no con viceministros, asesores ni funcionarios de comisiones de avanzada. Sería bueno que el presidente Humala venga.
— ¿Teme ser detenido?
¿Quién no tiene temores?
— Más allá de la psicología, usted sabe que lo podrían detener en cualquier momento si hay una orden.
La orden de detención debe darse en un contexto de delito flagrante, y yo no he cometido un delito. El mandato de comparecencia no deberían variarlo, porque no he roto mis reglas de conducta.
— Pero ha encabezado una protesta que terminó en bloqueos y violencia, incluidos muertos y heridos de ambos lados.
Mire, justo tengo un expediente [lo muestra] donde la sala judicial, en una apelación que interpusimos, dice que no existe la autoría media porque no tenemos una línea de mando.
— ¿El Frente de Defensa no tiene una línea de mando? ¿No es acaso usted el presidente?
No, el frente somos varias organizaciones de la zona, cada una con su presidente, y yo soy su vocero.
— Repito la pregunta: ¿No es usted presidente del Frente de Defensa del Valle de Tambo?
Hay organizaciones de coyuntura y otras de estructura; nosotros no tenemos una estructura, una línea de mando. Nosotros no tenemos un acta ni estatutos ni estamos constituidos oficialmente. Una línea de mando existe en el Ejército, en el Ejecutivo. Y aun así en el Ejecutivo hay gente de un poder del Estado [se refiere al Ministerio del Interior] que quiere dar recetas al Poder Judicial para generar una orden de detención.
— Todo esto se ha precipitado por los audios que todos hemos escuchado. ¿La voz de los audios es suya? Hasta personas que lo conocen aseguran que sí.
No se trata de decir sí o no; que lo determine el Poder Judicial. No sé de qué me acusan, y por eso no sé de qué me voy a defender. Cuando se interponga la denuncia, sabré de qué me acusan y prepararé mi defensa.
— ¿Este es su momento más crítico como dirigente?
En el segundo paro, hace unos años, incendiaron mi vehículo y destrozaron mi oficina. El Poder Judicial dijo que no se pudo establecer quiénes fueron los responsables, y se archivó. Lo que está pasando ahora ha resquebrajado mi salud, me he bajado de peso, han salido a relucir problemas en el corazón y un estrés increíble.
— Después de estos hechos, ¿va a dejar el cargo?
Estuve en una reunión el sábado donde puse mi cargo a disposición. Dejar el cargo en este momento sería dar crédito a muchas mentiras. El pueblo no lo quiere, ¿qué puedo hacer frente a eso?