Según cifras actualizadas del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), el sismo ocurrido en Amazonas, la madrugada del domingo 28 de noviembre, ha dejado 12 personas heridas, más de 6 mil personas perjudicadas y un menor fallecido. Asimismo, se contabilizó 117 viviendas destruidas y la afectación de la carretera IIRSA Norte, en el tramo comprendido entre Bagua Grande y Pedro Ruiz.
Debido a esta situación, el presidente Pedro Castillo anunció ayer la declaratoria de emergencia en las regiones Amazonas, Cajamarca, Loreto y San Martín. Y es que los daños y efectos producidos por el sismo han sido muy variados: fisuras y colapso de algunas viviendas construidas con adobe y madera, deslizamientos de tierra y piedras en zonas de pendiente y licuación de suelos en carreteras.
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Esto y otros datos fueron precisados por el Instituto Geofísico del Perú (IGP), a través del Informe Técnico N°040-2021, donde además da cuenta de los valores de aceleración máxima del suelo durante el sismo.
Velocidad de sacudimiento del suelo
El sismo del último domingo tuvo como epicentro la provincia del Datem del Marañón (Loreto), a 98 km al este de la localidad de Santa Maria de Nieva (Amazonas). El movimiento alcanzó una magnitud de 7,5 y una profundidad intermedia de 131 km. Además, de acuerdo al informe del IGP, tuvo tiene su origen en el proceso de deformación interna de la placa de Nazca.
En tanto, las mayores aceleraciones del suelo (mayores a 100 cm/seg2) fueron registradas en las regiones Amazonas, San Martin y Loreto, en un área de radio igual a 250 km. El valor máximo de aceleración registro fue de 194 cm/seg2, en la ciudad de Yurimaguas.
Solo para tener en cuenta, durante el sismo de magnitud 7,5 en Ica, en el 2007, la aceleración máxima registrada en la estación PCN (Parcona-Ica) fue de 488 cm/seg². En el caso del sismo de magnitud 8 registrado en Lagunas (Loreto), en el 2019, la aceleración máxima fue de 95.84 cm/seg2. Los niveles de afectación de ambos eventos sísmicos fueron altos.
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Los sacudimientos del suelo debido a la ocurrencia de sismos con profundidad intermedia, pocas veces son percibidos en superficie, pero cuando alcanzan magnitudes superiores a los 7 grados presentan gran radio de percepción y, algunas veces, producen daños en viviendas de adobe y procesos de licuación de suelos y/o deslizamientos de tierra y piedras en zonas de gran pendiente. Este es el caso, por ejemplo, del sismo de Lagunas, que con una magnitud de 8 fue percibido hasta distancias de 1.000 km.
Vale precisar que el sismo del Datem del Marañón ocurrió en una zona donde es frecuente la presencia de eventos sísmicos con magnitudes igual o mayores a 7, los cuales han producido daños similares y efectos secundarios en la superficie.
Riesgo nacional
Según el presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, los sismos en la sierra y selva del país pueden tener la misma o incluso mayor intensidad que los ocurridos en la zona costera, pese a que el choque de las placas de Nazca y Sudamericana se da frente al mar.
Explicó que los sismos en la serranía y amazonía ocurren cuando la placa de Nazca se desplaza por debajo de la placa Sudamericana, a profundidades iguales o superiores a los 100 km.
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“El choque de las dos placas se da frente a la zona costera. Ahí se producen todos los sismos que afectan a toda la franja de la costa. Sin embargo, hay veces que la placa de Nazca se introduce por debajo de la otra placa Continental y llega un momento en que se separa de esta. Esto sucede a profundidades de 100 km más o menos. Es como una lengua que se mete por debajo, se desplaza libremente y llega hasta Pucallpa, Yurimaguas”, detalló.
“Los sismos, como el último, se producen dentro de esta placa oceánica que está flotando por debajo de la corteza, adentro, en lo que llamamos el manto”, agregó el especialista.
Tavera detalló que cuando ocurren sismos en el sector que comprende a Amazonas, San Martín, Loreto, hasta Pucallpa, lo hacen en profundidades de entre 100 a 140 km. Sin embargo, precisó que no todos los sismos en la Amazonía ocurren a grandes profundidades.
“Si hablamos de San Martín específicamente, por ejemplo, los sismos ocurren por fallas. En San Martín son famosas las fallas de Moyobamba-Rioja, que generan sismos que ocurren hasta profundidades de 25 km”, dijo.
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Respecto a la zona andina, Tavera señaló que siempre ocurren sismos por fallas hasta profundidades de 25 km en promedio.
Por otro lado, dejó en claro que si bien los sismos son más frecuentes en la zona de costa, por el choque placas, que en la sierra o amazonía, “no hay por qué pensar que en una determinada zona ocurren sismos con mayor o menor magnitud, simplemente liberan la misma cantidad de energía”.