Después de casi una semana de haber fallecido, recién ayer se sepultó a los tres cabos que fueron baleados por un subteniente del Ejército en el puesto de vigilancia N° 3, ubicado en la frontera del distrito de El Cenepa (Amazonas) con Ecuador.
En un helicóptero del Ejército, los cuerpos de los cabos Alexander Bardales Juwau (18), Rober Kunchikui Tsamash (19) y Luis Tsejem Akuts (18) llegaron procedentes de Bagua hasta sus comunidades indígenas en la provincia de Condorcanqui. Autoridades, familiares y amigos les dieron el último adiós y exigieron justicia.
El traslado estaba previsto para el sábado, pero por mal tiempo la nave que llevaba los cuerpos tuvo que aterrizar en la base militar El Milagro (Utcubamba). Ayer, alrededor de las 2 p.m., se concretó el viaje hacia las lejanas comunidades de Shaim, Canga y Tsawantus.
Sobre el proceso judicial, Rufino Bardales, hermano de uno de los soldados, informó que esta tarde el fiscal Alexander Reyna Abanto pedirá la prisión preventiva del subteniente EP Hugo Cabrera Tantaleán, acusado de disparar el lunes pasado a los tres jóvenes cabos en circunstancias que aún son investigadas.
La audiencia se desarrollará a las 3 p.m., en la localidad de Santa María de Nieva, en Condorcanqui.
En diálogo con El Comercio, Bardales dijo que la necropsia de su hermano –a cargo del médico legista Carlos Llerena– confirma las heridas de bala, pero no precisa el número de impactos.
“El certificado de la necropsia concluye que [Alexander Bardales] presenta traumatismo abdominal abierto por perforación penetrante”, explicó.
El gobernador distrital de El Cenepa, Ernesto Ankuash, sostuvo que Cabrera –quien se encuentra detenido– confesó haber matado a los militares con un fusil.