(Foto: Renzo Salazar/GEC)
(Foto: Renzo Salazar/GEC)
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > RENZO SALAZAR
Pedro Ortiz Bisso

Al ex congresista Carlos Tubino probablemente no le gustará la carátula del especial que publica hoy El Comercio. Pero la imagen, que capta el momento en que es agredido con un cono cuando intentaba ingresar al Congreso disuelto, se ha vuelto un ícono. Un ícono del hartazgo, del rechazo, de la indignación.

Pocos años como este 2019 que se va. El presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso y la mayoría acompañó su decisión. El Parlamento se había vuelto un símbolo del obstruccionismo, la corrupción, la argolla y la ramplonería. Y aunque persisten las dudas sobre las formas legales utilizadas por el mandatario, el apoyo que recibió fue multitudinario.

Ha sido el año en que César Villanueva, dos veces primer ministro, fue a prisión por el Caso Odebrecht, de la juramentación y arrepentimiento de Mercedes Araoz, de la asunción de Jorge Muñoz en Lima y en el que Keiko Fujimori recobró su libertad.

También el del suicidio de Alan García. El 17 de abril, poco después de que la policía ingresara a su casa para hacer efectivo su arresto preliminar, se encerró en su dormitorio y se disparó en la sien. “Le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros, una señal de orgullo. Y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse”, escribió en una carta hecha pública después de su muerte.

Fue el año de los feminicidios, de la inseguridad, del parón económico y el desesperante caos en las calles. Y el de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, certámenes que nuestro país organizó con brillantez y nuestros deportistas correspondieron con grandes actuaciones.

El subcampeonato en la Copa América nos devolvió la esperanza en nuestro fútbol. Y en noviembre, sorpresivamente, el estadio Monumental fue escenario de la primera final única de la Copa Libertadores, que vio consagrarse campeón a Flamengo sobre River Plate. Ha sido, pues, un año intenso, complicado, con más bajas que altas. El 2020 no se vislumbra menos difícil, pero los peruanos somos trejos. Vamos a dar la pelea.

Contenido sugerido

Contenido GEC