“Se trató de un ultimátum, digamos, meridional. O, si se quiere, de una adaptación criolla de la frase 'le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar', que los cinéfilos sin duda recordarán”.
“Se trató de un ultimátum, digamos, meridional. O, si se quiere, de una adaptación criolla de la frase 'le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar', que los cinéfilos sin duda recordarán”.
Mario Ghibellini

Esta semana el ministro de Salud, Víctor Zamora, tuvo un momento de iluminación. En respuesta a algunas demandas de la prensa sobre la forma en que el Gobierno había enfrentado la epidemia del COVID-19 en los primeros cien días de emergencia, dijo: “No compartimos la idea de que existe una dicotomía entre la economía y la salud”. Y tenía razón. Se puede, en efecto, librar simultáneamente la batalla en ambos frentes y triunfar... O se puede, también, hacer eso mismo y fracasar. El problema, claro, es que al Gobierno que él integra le calza más bien el segundo de esos diagnósticos.

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