El accionar de la generación Z, conformada por jóvenes nacidos a partir de 1994, está impulsada por su propia iniciativa. Según una encuesta de Ipsos Perú, esta generación no espera órdenes, no necesita jefes ni autorización, pues les interesa conocer gente y vivir nuevas experiencias.
En ese sentido, la CCL (2023) revela que cuatro de cada diez peruanos de entre 18 y 64 años son empresarios o propietarios de una nueva empresa. En vista de ello, esta generación cuenta con emprendimientos en crecimiento, relacionados a productos tecnológicos, calzado, vestimenta y accesorios, debido a su rentabilidad a largo plazo.
Es por eso que la generación Z considera el emprendimiento como el camino para materializar lo que realmente les apasiona. Poseen una clara noción de gestionar sus propios proyectos, manejar sus tiempos, emprender nuevas ideas, contribuir de manera innovadora a la sociedad y encontrar soluciones a los desafíos actuales.
Aunque el optimismo y el liderazgo definen a esta generación, no están exentos de la resistencia al cambio, dado que esta es una reacción natural en las personas. Y es que el deseo de emprender y aprovechar las oportunidades en un mercado en constante cambio a menudo se ve frenado por el temor al fracaso y la percepción de no estar preparados para enfrentar la creciente demanda de productos o servicios en un escenario altamente competitivo.
Como dijo Steve Jobs: “Tu trabajo ocupará gran parte de tu vida; la única manera de estar realmente satisfecho es hacer lo que crees que es un gran trabajo, y la única manera de lograrlo es amar lo que haces”. Por lo tanto, es importante definir la idea de negocio, entender si es viable en el mercado y conocer las necesidades del consumidor y las oportunidades emergentes.