¿Dónde está la juventud, esa masa colectiva? ¿Qué hacen los jóvenes universitarios en el Perú? ¿Dónde está nuestro valor? ¿Dónde hemos guardado la indignación de la que alardeamos? ¿Dónde están nuestras voces, nuestro hartazgo, nuestras iras, nuestros ensayos sobre este país capturado por los problemas sociales? ¿Es que ya olvidamos ese afán de lucha en este país de todas las sangres?
Ha llegado la primavera y con ella se evoca a la juventud, para renovar nuestro esfuerzo y compromiso de labrar un mejor país. Pero en dónde exactamente está la juventud. Muchos se están formando en los claustros de las universidades que son nudo de inquietudes y plaza de victorias. Otros están trabajando, varios deambulan y aún no encuentran su rumbo. Algunos son parte del cambio y van a la lucha de las demandas sociales, prestos a salir al frente a expresarse y protestar cuando la patria nos necesita.
Cuando fui niño y adolescente recuerdo haber leído en los polvorientos libros sobre algunos jóvenes inquietantes de la década de 1919. Desde las aulas universitarias se gestaron grandes luchas por el bien colectivo de los peruanos. Cómo no recordar a Luis Alberto Sánchez, Jorge Basadre, José María Arguedas, pues ahí estaban ellos.
Somos una sociedad con problemas fuertes que genera líderes fuertes. Sociedades y líderes fuertes generan Estados fuertes. De esa conjunción, podemos formar los cimientos para tener una nación más fuerte.
Los jóvenes debemos entender que nuestro país es huérfano y está urgido de liderazgos. Por ello, necesitamos una juventud generosa de espíritu y abierta de corazón para responder a las necesidades del Perú.