Fernando Vivas

Ya hay bastante diagnóstico adjetivo: la democracia se vacía, defrauda, desafecta, erosiona, despide olor a muerta. Estamos ante teorías del fin de la democracia que, en lugar de aliviarnos del susto con alguna esperanza, nos describen dos formas de patear el balde: o el autoritarismo de izquierda o derecha, a lo Venezuela, Cuba, Nicaragua o El Salvador, o el pacto de varias pequeñas cabezas corruptas, a lo Guatemala.

Fernando Vivas es columnista, cronista y redactor

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