Además de la ideología, de la ilusión, de la expectativa de un menor deterioro, etc., para elegir por quién votar, pondere qué ofrecen los candidatos. No se deje llevar por las encuestas. Recuerde que somos electores volátiles. Gran parte de ellos deciden su voto en la cola de votación.
Tomen en serio a quienes le respondan razonablemente las siguientes interrogantes. Su sentido común y su propia desconfianza lo pueden ayudar a depurar la lista mucho más de lo que usted cree. Establecido esto, vayamos a los criterios:
¿Se puede medir lo que ofrece? Si algún candidato nos asegura que fortalecerá Petro-Perú para tener una política energética soberana y sostenible, solo nos está repitiendo lo que algunos desean escuchar. Pero ¿de cuánta plata habla? ¿De dónde saldrá el dinero? ¿Recortaremos programas sociales, aplicaremos despidos? Por otro lado, ¿qué es fortalecer? ¿Cuántos subsidios requiere tal proyecto? ¿Cuántas licencias monopólicas le otorgaremos? ¿Qué costo fiscal significa una política energética soberana y sostenible? ¿Cómo evitar que el Estado tenga problemas de corrupción?
¿Por qué el candidato ofrece lo que ofrece? ¿Qué diagnóstico tiene como referente? Si uno nos contase que la única manera de aprovechar el entorno global favorable sería aplicando una reforma del Estado, usted debe saber dos cosas.
Que este candidato, como los otros, habla bonito, pero una reforma del Estado consistente significa reordenamientos enormes y adelgazar el aparato burocrático. Vote por él si ha olvidado que el Estado no existe. Solo existen la Sunat y las trabas estatales.
¿Tiene idea de cómo lograr lo que ofrece? ¿Sabe dónde está parado? Aquí algunos candidatos inspiran ternura. No falta aquel que repite que de ser elegido volvería a las políticas desarrollistas de la década de 1960 respetando las cosas buenas del modelo actual.
Es decir, tendría una política económica diametralmente contradictoria. O a medias, entre las dos direcciones. Y esto en un contexto de abierto deterioro externo y fiscal, en que solo se podría conseguir recursos a costa de mayores impuestos o expropiaciones.
Por último, si su candidato no dice nada que pudiera ser criticado y es en extremo cauteloso, pregúntese ¿por qué ofrece tan poco? Y no vote por él. Esconde demasiado.
Si, por el contrario, usted tiene claro que su candidato sabe cómo entregar lo que ofrece, bien por usted. Ya muchos eligieron con entusiasmo por aventureros que nos ofrecieron mágicos e instantáneos futuros diferentes o crecimientos con equidad. Antecedentes tan costosos como para que evitemos volver a creer hoy en trenes bala o en la inmediata conversión del Perú en un país conectado y competitivo con dos mediditas.