Hace un mes se desarrolló el foro APEC y una preocupación seria fue la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, sobre todo lo referente a su política comercial. Otro tema que no pasó desapercibido fue el tema del cambio climático. La preocupación climática es totalmente justificada, más aun cuando el presidente electo Trump ha manifestado que el cambio climático es una farsa montada por el Gobierno Chino para hacer menos competitiva la manufactura estadounidense. El tema se avivó más luego de la elección de un negacionista del cambio climático para dirigir la agencia estadounidense de protección ambiental.
Dentro de ese mismo foro, el ex presidente Alejandro Toledo, en modo de promoción de su libro, manifestaba que próximamente habrá guerras por agua limpia, como consecuencia de los efectos adversos del cambio climático en el planeta. No le falta razón sobre la gravedad del problema.
Los efectos adversos del calentamiento global ya los estamos viviendo, pero es particularmente sensible el tema del agua. El ser humano puede pasar más tiempo sin alimentos que sin agua. Este es un recurso imprescindible para nuestra existencia y, sin embargo, se está volviendo cada vez más escaso.
Las discusiones políticas y los enfrentamientos hacen que este tipo de temas pasen desapercibidos, aun cuando el problema nos está explotando en la cara. A comienzos de diciembre, el Poder Ejecutivo decretó estado de emergencia por déficit hídrico en múltiples regiones del país. La falta de lluvias, principalmente en Piura, Lambayeque, Arequipa, Tacna y Puno, está afectando la agricultura y el consumo humano. El gobierno ha destinado recursos para paliar las consecuencias negativas de esta sequía, como la rehabilitación y construcción de pozos.
Esto es ahora, pero los problemas con el agua vienen de antes. La Defensoría del Pueblo menciona en un reporte del 2015 que muchos de los conflictos socioambientales en el Perú están relacionados con el recurso hídrico. Entre enero del 2011 y diciembre del 2014 se han registrado 153 casos de conflictos relacionados con la protección, el acceso y la gestión del agua.
Hacia el futuro, es probable que se observen más restricciones en las horas de agua para consumo humano debido a la escasez actual. Si ya hay muchas partes del país donde el servicio de agua es irregular, la actual sequía podría originar que sea más irregular aun y que más zonas del país no tengan servicio continuo.
También podríamos ver consecuencias en la agricultura. Si las lluvias tardan en llegar y no llueve lo necesario, es posible que los cultivos se vean afectados con la consecuente pérdida económica para los agricultores.
Si existen muchos conflictos medioambientales relacionados con el agua, en un contexto de emergencia hídrica lo que se podría esperar es que estas tensiones aumenten.
Durante esta temporada de verano es necesario concientizarnos hacia una cultura de cuidado del agua. Los peruanos, pero sobre todo los limeños, debemos ser conscientes de que mientras nuestros conciudadanos están sufriendo una sequía grave, no podemos malgastar el agua en carnavales, malentendidos como ataques de agua; en piscinas improvisadas sin fiscalización en plena calle; o en piscinas particulares para cada familia en los balnearios del sur.
Para el presidente Pedro Pablo Kuczynski el agua es un tema al que quiere dar énfasis en su gobierno, tanto en cobertura como en calidad. Esos esfuerzos tendrán que redoblarse en un contexto en el que el agua se está volviendo un recurso escaso. En un futuro no muy lejano, las próximas guerras quizá ya no serán por petróleo, sino por adueñarse del agua potable que quede. Nuestros herederos nos juzgarán por haberla cuidado o desperdiciado.