Querido lector, usted es un tonto. Pero no lo digo yo. Lo dicen los políticos que nos han impuesto un sistema de ahorro previsional forzoso en la AFP o en la ONP. Ellos (y los economistas conductuales con vocación de planificador soviético edulcorado) presumen que la gente es tonta e irresponsable y no ahorra para su vejez, por lo que papito gobierno debe obligarla a ahorrar. Hay, sin embargo, seis datos que usted debe conocer sobre este tema.
1. La gente sí ahorra: Como ha señalado Richard Webb en esta página, la información del INEI muestra que afiliados y no afiliados ahorran casi el mismo porcentaje de sus ingresos. Incluso, en ciertos estratos económicos, los no afiliados ahorran más. La premisa del sistema obligatorio, entonces, es falsa. El Estado, como indicó Richard, solo estaría reorientando el ahorro hacia las AFP o hacia las ONP.
2. El ahorro forzoso lleva a malas inversiones: El año pasado la mayoría de los 12 fondos que manejan las AFP rindieron menos que una cuenta a plazo fijo. En otras palabras, sus afiliados perdieron plata. Adicionalmente, como ha apuntado Juan Mendoza, las comisiones de este sistema oligopólico e hiperregulado son tan elevadas que la rentabilidad de las AFP es más de cuatro veces que las de los fondos que administran desde el 2000. Si nosotros, en vez de la burocracia, decidiéramos dónde colocar nuestros ahorros, podríamos realizar mejores inversiones.
El caso de la ONP, por su parte, es más dramático: miles de aportantes no llegan a recibir una pensión y la que reciben los que lo hacen es una miseria.
3. La ONP es insostenible: De 1974 al 2003 los contribuyentes nos vimos forzados a desembolsar casi US$37 mil millones (3,5 veces lo aportado por los afiliados) para que la ONP pudiese cumplir con sus obligaciones. Y el hueco cada vez será más grande conforme envejezca la población.
4. El sistema forzoso nos amarra al riesgo político: Como no son libremente disponibles, nadie nos asegura que mañana no llegará una Cristina Kirchner peruana que expropie los fondos privados o que dilapide los de la ONP.
5. El ahorro forzoso fomenta la informalidad: Al ser un sobrecosto adicional, contribuye a que siete de cada diez peruanos trabaje al margen de la ley, lo que a su vez restringe su productividad y sus posibilidades de aumentar sus ingresos y estar más protegidos en su vejez.
6. El ahorro forzoso es inmoral: Si los burócratas tienen derecho a decidir por nosotros sobre nuestras finanzas, ¿por qué deberían limitarse al ahorro previsional? ¿Por qué no podrían también elegir qué porcentaje de nuestros ingresos destinar, digamos, a educación y cuál a diversión? ¿Y por qué detenerse en las decisiones financieras? ¿Por qué no forzarnos, por ejemplo, a tener los mejores hábitos sexuales y dietéticos, ya que siempre podemos tomar malas decisiones en estos y otros campos?