Viene del latín repositorius ‘que sirve para reponer y guardar’ y se consigna en el DRAE 2014 con las acepciones de “persona que tiene por oficio hacer pastas, dulces y algunas bebidas”, “encargado del orden y custodia de los objetos pertenecientes a un ramo de servicio [en los antiguos palacios]” y “aparador de cocina”. Como este último uso predomina en la América hispana, el oficial Diccionario de peruanismos (2016) registra repostero con el sentido de “mueble de cocina en el que se guarda la vajilla y los enseres de cocina o alimentos que no requieren refrigeración”.