Este verbo es derivado del aztequismo camote ‘tubérculo comestible de sabor dulce’ (de camotli), lo que en la península se denomina batata. En nuestro castellano coloquial camote tiene, además, múltiples acepciones: ‘enamoramiento’, ‘encariñamiento con alguien o algo’ y ‘juego en el que una persona trata de interceptar la pelota que los demás se van pateando entre sí’. De este último uso se ha derivado camotear, que no solo tiene entre nosotros sentido recto sino también figurado: ‘enviar a una persona de un lugar a otro, generalmente cuando se hace un trámite’.