Esta frase de nuestra lengua familiar, aunque formalmente es interrogativa, se pronuncia con la entonación descendente de una afirmación. Se comprueba en escritores peruanos de la talla de Vargas Llosa (La ciudad y los perros, Barcelona 1966, pp. 142 y 187) y Bryce: “… pero para qué, como se dice en Lima, […] iba probando lo contrario…” (Un mundo para Julius, Lima 1987, p. 273). Según el académico Diccionario panhispánico de dudas (2005), en España, se documenta antecedida de que (que para qué).