Esta locución adverbial peruana resulta de la reducción de otra anterior: a todo forro, y tiene el sentido de ‘en gran cantidad’. Forro, por otra parte, es una palabra castellana documentada desde el siglo XV, pero ha tenido desde entonces una complicada evolución semántica. La palabra se documenta ampliamente en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española (2010), con más de diez acepciones, algunas de ellas caprichosas o poco verosímiles.