FIFA, o mais grande do mundo, por Sostiene Menéndez
FIFA, o mais grande do mundo, por Sostiene Menéndez
Redacción EC

Estos días hemos debido escuchar a la hinchada mexicana gritarle “puto” (palabra que en México significa, con tono peyorativo, homosexual) a arqueros rivales. Lamentablemente, la FIFA desperdició una ocasión perfecta para demostrar que el fútbol no es una excusa para ser troglodita, al asegurar que la palabra “no es [...] insultante en este contexto específico”.

Sin embargo, no todas son malas noticias. Resulta que, más allá de este tropezón, la FIFA se habría embarcado desde hace un tiempo ya en una coherente lucha por convertir sus declaraciones antidiscriminatorias –que repite sin cesar– en una realidad que, de paso, le permita reemplazar su reputación mafiosa por un ángulo más pro derechos humanos. En esa línea, ha anunciado que viene sosteniendo amicales conversaciones –interdiarias– con Putin, para coordinar pequeñas modificaciones legales (entre ellas, la supresión de la ley rusa contra la “propaganda” homosexual) para hacer de esta sede del Mundial 2018 un lugar más, llamémosle, gayfriendly. Con Tamim bin Hamad Al, emir de Catar, no solo se buscaría mayor protección a los homosexuales, sino que se estaría discutiendo cómo hacer que el otro grupo que todavía se siente un poco discriminado –las mujeres–  pueda disfrutar como uno más el Mundial del 2022.

En pocas palabras, la  FIFA estaría por arrebatarle a EE.UU. el eterno papel de único defensor internacional de los derechos humanos, conduciendo al planeta entero hacia una utopía de deporte y carnaval que, prometiendo mellar los proyectos de Hugo (Q.E.P.D.), Cristina y Evo, comienza a llamarse con esperanza en Latinoamérica “El Consenso de Blatter”, o, coloquialmente, “O Novo Ordem Mundial Peloteiro”.