No se puede ir contra la marcha de la historia. Un telegrama anuncia que el gran duque Cirilo Romanov, primo de Nicolás II, ha firmado una proclama dirigida al pueblo ruso declarándose emperador y nombrando a su hijo Vladimir heredero al trono. No parece que este acto tenga mayor repercusión ni seguidores. El zarismo está enteramente fallecido en Rusia, que ha tomado caminos totalmente distintos. Es posible que en algún momento los bolcheviques sean arrojados del poder, eso no se puede saber, pero tenemos la casi seguridad de que los zares nunca más volverán al poder. H.L.M.
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