Hace dos meses ha aumentado de modo considerable y lamentable el robo en Lima. Diariamente se registran robos y pequeñas raterías, acompañados con frecuencia de asaltos, en proporción peligrosa que hacen necesarias medidas eficaces y severas. Obedece este aumento de robos y rateros a que el vacío de un procedimiento policial reglamentario, correctivo, alienta a estas gentes a cometer innumerables fechorías, contando con la lenidad en el castigo que se les aplica. Actualmente a los rateros de poca monta solo se les tiene 48 horas en las comisarías y después, a la calle a seguir robando.