Hace menos de dos semanas recordábamos en este Diario el penoso récord que ostenta la bancada de Podemos Perú: de sus 14 integrantes, nueve enfrentan investigaciones por presuntos delitos que van desde la concusión hasta la afiliación a organizaciones terroristas y uno (Luis Picón) tiene dos condenas judiciales por corrupción. Eso constituye una circunstancia pasmosa aun en el contexto de la actual representación nacional, tan pletórica de ‘niños’, mochasueldos y demás. Señalábamos en esa ocasión, además, que en muchos casos se trataba de congresistas que no fueron elegidos originalmente en las listas de ese partido, sino que fueron sumados a la bancada en el camino, a sabiendas de los cuestionamientos que pesaban sobre sus espaldas, con tal de acrecentar el número de sus integrantes para tener así mayor poder en las negociaciones parlamentarias.
Pues bien, las últimas noticias nos han hecho saber que el referido grupo continúa acumulando baldones sin sentir vergüenza alguna por ello. Por un lado, la Fiscalía de la Nación ha presentado una denuncia constitucional contra su integrante José Arriola por el presunto recorte de más de S/102.000 del salario de diez trabajadores de su oficina, respaldada por varios testimonios comprometedores. Por otro, el líder del partido, José Luna Gálvez, ha solicitado que se archive un proceso en su contra por supuesta organización criminal amparándose en la controvertida Ley 32108, aprobada y promulgada recientemente por el Congreso. Y, por último, el ya mencionado Picón ha sido designado presidente de la Comisión de Salud y Población, un hecho que ensombrece a todo ese equipo de trabajo, pues el nombramiento se dio con el voto aprobatorio y unánime de sus 18 integrantes. Según él, la última sentencia que recibió este mismo año “no tiene ni pies ni cabeza” y, por ser hasta ahora solo de primera instancia, “no puede ser mérito para desmerecer” su nombramiento, pero la verdad es que esa es una opinión bastante peregrina. ¿No debería más bien esperarse a que el Poder Judicial se pronuncie en segunda instancia sobre la materia para, en la eventualidad de que lo declarase inocente, recién designarlo presidente de una comisión parlamentaria?
Se diría, sin embargo, que en Podemos Perú son inmunes a la lógica elemental de este razonamiento. La bancada, sin duda, continuará gozando en el futuro próximo de buena salud, y la imagen del Parlamento, haciéndose flecos.