Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador (izquierda), y Brasil, Jair Bolsonaro, han sido duramente criticados por la gestión que vienen realizando de la crisis por el COVID-19 en sus países. (Foto: Reuters/AFP).
Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador (izquierda), y Brasil, Jair Bolsonaro, han sido duramente criticados por la gestión que vienen realizando de la crisis por el COVID-19 en sus países. (Foto: Reuters/AFP).
Editorial El Comercio

Con de coronavirus confirmados en todo el planeta y con los millares de muertes que la rápida expansión de esta pandemia ha generado, el mundo está sumamente pendiente de la forma en que los distintos gobiernos han decidido abordar la crisis. En ese sentido, una de las medidas más difundidas, y que la administración de está llevando a cabo en el país, es la del , que pretende reducir al mínimo la posibilidad de contagio evitando el contacto entre las personas.

Aunque la pertinencia sanitaria de este tipo de decisiones es respaldada por gran parte de los expertos en la materia, sus efectos secundarios también son ampliamente conocidos, como su impacto en la economía (una cuarentena general congela gran parte del aparato productivo de los países) y la posibilidad de que las facultades extraordinarias concedidas al poder político puedan desembocar en abusos de diversa índole. En esa línea, el reconocimiento de ambas consecuencias ha motivado diferentes, y a veces indignantes, actitudes en algunos líderes mundiales que han apelado a la irresponsabilidad o al oportunismo ante la crisis.

Uno de los casos más paradigmáticos de lo primero es el de México. Su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pasó mucho tiempo minimizando imprudentemente la envergadura de la amenaza patógena. Hasta hace poco, el líder participó en eventos masivos, teniendo , y postergó la declaratoria de cuarentena so pretexto de mantener fortalecida a la economía, instando a la gente a . Las circunstancias, empero, lo han hecho recular y recién esta semana decretó el estado de emergencia e hizo un llamado a respetar la distancia social.

En la otra acera política, en Brasil, el jefe del Estado Jair Bolsonaro también ha hecho gala de su irresponsabilidad y la ha complementado con burdas expresiones de negación. Al igual que su par mexicano, el mandatario brasileño no se ha preocupado por guardar distancia de las personas, liderando grandes , y ha calificado al coronavirus como “una pequeña gripe”. Asimismo, ha acuñado será recordada con rechazo: “Va a morir gente, lo siento, pero no podemos parar una fábrica de autos porque hay accidentes de tránsito”. Por el momento el Gobierno no ha tomado medidas drásticas para paliar la pandemia.

Mientras en los casos descritos las consecuencias políticas seguramente las sufrirán sus protagonistas con el paso del tiempo y en manos de sus compatriotas, hay otros regímenes que han visto en esta tesitura una oportunidad para fortalecerse y ello, en algunos casos, sin mezquinar abusos. En Israel, por ejemplo, el partido del primer ministro Benjamin Netanyahu la realización de votaciones claves en el Parlamento. En Corea del Sur y Singapur se están empleando medidas de vigilancia de la enfermedad que arriesgan la privacidad de las personas. En China la dictadura ha hecho cumplir las restricciones con puño de hierro. Y, por su parte, en Hungría el gobierno del primer ministro Viktor Orbán pone en vilo al periodismo con la posibilidad de apresar a los que difundan información falsa sobre el COVID-19 y se teme que ello se emplee como herramienta de censura. Algo parecido ocurre en Jordania y en Tailandia.

Aunque las medidas restrictivas son necesarias en estos y en muchos países, podrían terminar usándose con fines peligrosos.

El mundo, en fin, pasa por uno de sus momentos más complicados por los estragos generados por el coronavirus y ello, sumado a la crisis económica que vendrá como secuela de esta coyuntura, puede llevar a mayores irresponsabilidades y abusos de parte de quienes ostentan el poder. Otra enfermedad que no podemos perder de vista.


El Comercio mantendrá con acceso libre todo su contenido informativo sobre el coronavirus.

Contenido sugerido

Contenido GEC