El análisis político nacional suele centrarse en el escándalo de la semana o a lo sumo en el debate del mes. Con frecuencia perdemos de vista que detrás de estos hechos y eventos se mueven grandes tendencias de alcance mundial, que nos afectan profundamente. Un reciente estudio de Ipsos aborda precisamente las tendencias globales de nuestro tiempo. De acuerdo con el estudio, existen cuatro megatendencias de largo plazo y ocho tendencias globales de mediano plazo, referidas a las actitudes de la ciudadanía en el planeta. Las cuatro megatendencias son la aceleración tecnológica, el cambio demográfico, la multipolaridad y el cambio climático.
La aceleración tecnológica es inexorable. Con la invención del smartphone hace una década, la era digital se popularizó. Se calcula que más de la mitad del planeta tendrá un smartphone en el 2020. La tercera revolución industrial ya está con nosotros, la robótica e Internet de las cosas (interconexión digital entre objetos) tendrán un enorme impacto en el empleo y la calidad de vida en los próximos años.
El cambio demográfico es otra tendencia ineludible. El crecimiento de la población se detuvo en las sociedades más avanzadas –al mismo tiempo que sigue aumentando la esperanza de vida– y continúa en muchas de las más pobres, especialmente en el África. El resultado es el envejecimiento de las primeras y una creciente ola emigratoria de las segundas, agobiadas por su explosión demográfica. El rechazo en Europa hacia la inmigración musulmana se origina en este cambio demográfico.
La multipolaridad se refiere a la pérdida de poder económico de las potencias tradicionales en beneficio de las potencias emergentes. Se calcula que el tamaño del PBI del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) será superado en la década del 2030 por el PBI conjunto de los siete principales países emergentes, conocido como E7 (China, India, Brasil, Rusia, Indonesia, México y Turquía). Sobre el cambio climático hay menos claridad, pero no hay duda de que los desastres naturales pueden afectar dramáticamente a algunos países, como lo acaban de vivir Colombia y el Perú.
Enmarcadas en estas cuatro megatendencias, las ocho tendencias globales de mediano plazo que Ipsos ha podido identificar en la población mundial son la crisis de las élites, la incertidumbre como nueva normalidad, la batalla por la atención, la búsqueda de simplicidad y control, la revaloración de la tradición, las diferencias generacionales, la búsqueda de la salud y la fragmentación del optimismo. La investigación comprendió 18 mil entrevistas en 23 países, incluyendo 4 de América Latina: Argentina, Brasil, México y el Perú. La encuesta es representativa de toda la población con conexión a Internet en el mundo. De las ocho tendencias identificadas, las de mayor contenido político son la crisis de las élites, la revaloración de las tradiciones y la fragmentación del optimismo.
La crisis de las élites se refiere a la pérdida de confianza mundial en sus gobiernos y al resurgimiento del populismo. De acuerdo con la encuesta, solo 23% del mundo está satisfecho con sus gobiernos y 52% insatisfecho. Los sentimientos populistas, en cambio, son mayoritarios: 55% cree que hay demasiados inmigrantes, 58% que se necesita un líder fuerte y 71% que el gobierno no prioriza los problemas de la gente como uno.
La revaloración de las tradiciones refleja cierta nostalgia por el pasado. El 50% de la población entrevistada quisiera que su país vuelva a ser lo que era y 40% que no. Entre los más nostálgicos están Estados Unidos (69%) y varios países europeos; entre los que prefieren la actualidad destacan el Perú (64%) y China (60%), reflejo de la transformación vivida en las últimas décadas.
En línea con la revaloración de las tradiciones, las ideas liberales sobre el rol de la mujer se han estancado en comparación con un estudio similar efectuado hace tres años. La idea de que el rol de la mujer en la sociedad es ser una buena madre y esposa es compartida por 37% de la población mundial y rechazada por 58%. La posición conservadora es mayoritaria en Indonesia (79%), Rusia (69%) y la India (64%). En el Perú es significativa pero minoritaria (36%). Los países con menos apoyo a este concepto son España (19%) y Suecia (17%).
Por último, la fragmentación del optimismo es el resultado de cómo le ha ido a cada uno con la globalización. Si bien 55% piensa que la globalización es buena para su país y 32% que es mala, hay grandes diferencias entre los países emergentes y los más maduros. Los países que tienen una opinión más positiva de ella son India (82%), China (79%) y el Perú (77%). En el otro extremo, la opinión menos positiva se encuentra en Italia (36%), Francia (31%) y Bélgica (30%). Los resultados reflejan claramente quiénes vienen ganando y quiénes perdiendo con la globalización.