Faltando pocas semanas para terminar las actuales gestiones municipales, un tufillo de “el que viene atrás que arríe”, se empieza a ventilar entre diversos municipios distritales de Lima y también el provincial.
Empezando por el transporte, el corredor azul no camina bien. Sin un patio de maniobras, buses repletos de multas, y sin sistema interconectado. No hay alimentadores y el público se queja de que pierde tiempo, paga más y hace cola. La anunciada reforma del transporte no es irreversible.
En términos ambientales la recolección de residuos sólidos ha sido abandonada en varios distritos: Comas, Breña, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores y La Victoria llegan a fin de año con toneladas de residuos sin recoger en los espacios públicos. Esto solo evidencia la falta de un solo sistema metropolitano de recolección en lugar de los 43 existentes.
En lo que respecta a la Costa Verde, al cabo de 4 años ocurre que toda la visión de gran espacio público de la actual gestión se ha reducido, en términos operativos, a un proyecto vial.
El 14 de este mes, decenas de tablistas protestaron por la ampliación de las vías en la zona La Pampilla de Miraflores, hechas sin impacto ambiental. Y la Marina de Guerra del Perú acordó iniciar un proceso de investigación a Emape por realizar obras en la franja ribereña sin autorización.
El terreno ya existente ganado al mar no aporta nada nuevo al uso público. No hay equipamiento ni servicios ni parámetros para la inversión privada. Importantes iniciativas están en lista de espera.
Las escaleras serán de uso solo en verano y ni un pedazo de playa adicional. Y para colmo, las obras en ejecución programadas para noviembre no terminarán este año. Estarán en plena ejecución en verano para tortura de los bañistas.
Se advierte también que la vía Costanera podría colapsar en verano con 90 mil vehículos diarios. De otro lado, las obras en las playas Venecia y Barlovento, de la llamada Costa Verde Sur, siguen inconclusas, a pesar de que debían culminar el 2011. La Herradura tendrá que esperar un milagro.
Pasando al Centro Histórico, los ambulantes han ganado terreno en Mesa Redonda, en el jirón Andahuaylas, en los alrededores del Congreso, Mercado Central; y como cereza de la torta, el conjunto musical Calle 13 tomó por asalto impunemente la plaza San Martín el sábado 14 por la noche en un bus improvisado como estrado y ofreció un concierto ante 3.000 jóvenes. Esto ocurrió sin permiso municipal, ni medidas de seguridad. Rondó la tragedia. La misma tierra de nadie.
Intervenciones episódicas como la clausura del centro comercial El Hueco hace dos días solo evidencian que el Centro Histórico de Lima se queda sin un plan maestro que oriente todo el tratamiento de la informalidad.
En realidad, estos dos meses de cierre de Susana Villarán y de transferencia oficiosa, pues el Jurado Electoral parece que recién entregará credenciales el 28 de este mes, al alcalde electo Luis Castañeda, opacan lo que parecía alguna herencia virtuosa de la actual gestión para el siguiente gobierno.