Ahora sí empezó la campaña para la conquista de la alcaldía metropolitana y las alcaldías distritales. Son casi 400 candidatos sin contar los regidores. Por los diarios, radios y televisión circulan los pretendientes municipales hablando de aquellos temas que suponen hará sintonía feliz con los electores.
Son imperdibles: seguridad ciudadana, transporte, limpieza, medio ambiente. Como las promesas de un mundo mejor. Sin embargo, lo que los candidatos omiten o ignoran es que los graves problemas acumulados por Lima obligan a reformular su capacidad real de gobierno y tener una visión de desarrollo, que permita que la metrópoli también se beneficie de todos los negocios que facilita.
Se conoce que las carencias de Lima valen unos US$50 mil millones. ¿Qué fórmulas de financiamiento se proponen?
Es ingobernable una ciudad dividida en 43 distritos que son una suerte de cacicazgos que atomizan las grandes decisiones integradoras, con algunas excepciones.
Uno de los casos más elocuentes es la Costa Verde: seis distritos, el municipio metropolitano y el Callao no se ponen de acuerdo. Otro caso son los valles de Lima, donde mientras un municipio protege las zonas agrícolas, otros promueven su cambio de uso para urbanizarlas.
Asimismo, es absurdo tener 43 entidades de recolección de residuos. El resultado es que de las 6.000 t/día de basura que se producen, más de 1.000 no se recogen y van a los espacios públicos. Increíble que la basura todavía sea un tema no resuelto en pleno siglo XXI.
Otro pendiente es la relación con el Gobierno Central. Ahí, además, está el billete. Lima tiene que asociarse con el Gobierno en temas esenciales como el acceso al suelo público, la producción de vivienda popular, la provisión de servicios básico como agua y desagüe o el transporte.
Lima tiene 36 congresistas que la representan y que jamás han presentado una iniciativa para la metrópoli.
Un nuevo marco legislativo le daría mayores competencias y recursos al gobierno provincial para manejar una ciudad que tiene más población que Bolivia, Nicaragua o Suecia. Faltan propuestas.
Lima está en un punto de quiebre con su modelo actual de gobierno. No va más. No puede disponer de un m2 de suelo, no puede afectar plusvalías para reinvertir en la ciudad, no puede señalar hacia dónde debe ir el agua potable. No puede hacer coordinaciones vinculantes ni con el Callao ni Huarochirí.
Uno de los grandes cambios que está viviendo la metrópoli hoy es pasar de la cultura ‘combi’ a una cultura de movilidad con dignidad representada por el metro, el Metropolitano y el reciente corredor azul. Falta integrarlos en un sistema. Proyecto de un pacto ineludible entre los candidatos.
Finalmente, es esencial que nos anuncien qué proyectos continuarán de gestiones anteriores. El complejo de Adán es un mal nacional que ocasiona abandonos nocivos de iniciativas e inversiones positivas para la ciudad. Sobran los ejemplos. Esperamos pronunciamientos.