Los S/24.000 millones que va a costar la nueva carretera central podrían invertirse en muchas otras cosas: poner agua y desagüe y luz eléctrica en todos los colegios; postas médicas accesibles para todos los peruanos; Internet en todo el territorio nacional; y posiblemente sobraría plata. Los recursos siempre tienen usos alternativos. Por eso hay que analizar bien los proyectos y cuantificar sus beneficios. Puede ser que el costo no se justifique. Puede ser que estemos dejando de lado beneficios aún mayores.
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ha soltado algunas cifras como para dar una idea del valor de la nueva carretera: pasarán por ahí 12.000 vehículos al día y el tiempo de viaje entre Lima y La Oroya se reducirá de poco menos de seis horas a dos horas y media. Estas cifras son importantes porque el beneficio de una carretera está fundamentalmente en el valor del tiempo que se ahorra a los usuarios. Importantes, pero insuficientes para decidir si vale la pena construirla.
¿Cuántos de esos 12.000 vehículos son tráfico nuevo y cuántos son tráfico que se desvía de la carretera actual? El tráfico, naturalmente, se redistribuirá hasta que el tiempo de viaje por una carretera y otra sea el mismo. La distinción es importante porque del tráfico actual podemos decir con seguridad que se ahorrará tres horas. Del tráfico nuevo, no sabemos, porque es gente que no está dispuesta a gastar seis horas de su tiempo para ir de Lima a La Oroya. Quizás lo haría si el viaje tomara cinco horas, pero no más. El ahorro de tiempo, en este caso, tenemos que medirlo con respecto a esas cinco horas; y es evidentemente menor que el ahorro para los usuarios de la carretera actual.
Una vez aclarado de dónde viene el tráfico, podemos calcular cuántas horas se van a ahorrar. Pero son horas de manejo, no horas de viaje. Para convertirlas en horas de viaje necesitamos saber cuántas personas viajan, en promedio, en cada vehículo. En algunos, solo una; en otros, dos; en otros, tres o más. Tratándose de un ómnibus, pueden ser 40, 60 u 80. La cantidad de horas de viaje es completamente distinta si el promedio por vehículo está más cerca de un extremo o del otro.
El Instituto Nacional de Estadística reporta que son casi el doble los vehículos ligeros que los vehículos pesados que pasan por los peajes de Lima y Junín. Con esa composición del tráfico, nos aventuramos a pensar que el promedio no es mayor a cinco personas por vehículo, pues muchos de los vehículos pesados son camiones que no llevan pasajeros. Los 12.000 vehículos que usarán la nueva carretera más otros 6.000 que, suponemos, seguirán usando la carretera actual, transportarán un total de 90.000 personas diarias; digamos 100.000. Cada una ahorrará, a todo dar, tres horas de viaje. Son 300.000 horas de viaje cada día; 110 millones de horas cada año.
¿Cuánto vale cada hora ahorrada? El sueldo promedio en Lima metropolitana es de casi S/2.000 mensuales; o sea, S/12 por hora de trabajo. Con cargas laborales son S/18. Los 110 millones de horas ahorradas tienen, así, un valor de S/2.000 millones al año. Muy poco, nos parece, para los S/24.000 millones que el MTC piensa invertir.