"Hotelario", por Marco Aurelio Denegri
"Hotelario", por Marco Aurelio Denegri
Redacción EC

El otro día, en un programa de televisión, el conductor del espacio censuró la expresión “recinto hotelario ”, por juzgarla incorrecta. No concuerdo con semejante apreciación, sino al contrario, discuerdo de ella.

(A propósito de los verbos concordar y discordar, noten que el régimen, en cada caso, o sea la preposición que en cada caso pide el verbo, es distinta. En efecto, uno  concuerda con, pero uno discuerda de.)

El sufijo -ario, en los adjetivos, significa pertenencia.

Disciplinario es lo relativo o perteneciente a la disciplina. Fraccionario, lo relativo o perteneciente a la  fracción. Hotelario, lo relativo o perteneciente al hotel; recinto hotelario es el recinto perteneciente al hotel, el recinto del hotel. Recinto hotelario es, pues, una expresión correcta.

El sufijo -ario, en los substantivos, significa oficio o profesión ( bibliotecario, boticario ); significa también persona a quien se da algo (beneficiario, mandatario); y por último significa lugar o sitio: osario, acuario, campanario, descansario (neologismo de Andrés Valdivia), nostalgiario (neologismo de Max Silva Tuesta) y  solucionario (nombre de una antigua sección del diario La República).

He mencionado la palabra mandatario. Dícese Primer Mandatario del Presidente de la República.

Manuel Candamo fue electo Presidente de la República del Perú en 1903, y según nos lo recuerda el doctor Manuel Guillermo Ramírez y Berríos, en la página 55 de su libro Cartas Abiertas, Manuel Candamo solía decir:

“Soy el jefe, luego, debo obedecer.”

¡Claro! Porque el Presidente de la República es el Primer Mandatario, no el Primer Mandante. 

Es el Primer Mandatario, es decir, el titular de un mandato político. El mandante es el Pueblo. El Primer Mandatario debe, por consiguiente, obedecer, como bien decía Candamo.

Ejecución de un robo
Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), en su obra maestra Facundo, dice lo siguiente:
“Un robo se ha ejecutado durante la noche;[…].”

Hoy diríamos que durante la noche el robo se ha producido o consumado, pero no que se ha ejecutado, aunque hablar de la ejecución de un robo es correctísimo. Sin embargo, y por razones a veces indiscernibles, el uso privilegia ciertas voces y desfavorece otras. Por ejemplo, ha desfavorecido el antónimo de insólito y por eso nadie dice  sólito o casi nadie (yo sí lo digo), a pesar de que este adjetivo está en el DRAE.