Alonso Cueto

En un acto de abuso y de ignorancia, el ministro de ha sustituido a la calificada maestra en la presidencia de la Universidad Nacional de Música. Se trata de una nueva demostración de cómo un gobierno puede ir en contra de las oportunidades que los peruanos tienen para una mejor educación y perspectivas para el futuro. El Perú, una tierra de grandes músicos que forman parte de su identidad, hubiera necesitado de instituciones a la altura de este reto.

El reemplazo de Hung, un biólogo de profesión, puede tener todos los pergaminos calificados en su área, pero claramente no es apto para el cargo en cuestión. Lo que parece querer decirnos el ministro de Educación con esta medida es que la educación no le importa. Es fácil imaginar lo que cualquier alumno o alumna puede sentir cuando se pone su institución al servicio de intereses que nada tienen que ver con su formación. El rosario de desatinos del ministro –su alusión a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (“un adefesio”), su referencia a las mujeres aimaras (“hasta en los documentales de televisión vemos animales que protegen a sus crías”) y otras numerosas perlas– es infinito. Puede repetirse la frase que dijo Mirko Lauer con toda claridad en el programa “Cuatro D” de esta semana: “Es evidente que el ministro no conoce la función ministerial ni sabe dónde está parado”. Su presencia se atribuye en muchos medios a sus relaciones con una mafia de universidades bamba con representantes en el Congreso.

A propósito de la educación, me parece importante recalcar hoy la necesidad de espacios públicos de información y reflexión sobre nuestra historia antigua y reciente. A propósito de eso, el Lugar de la Memoria (LUM) ha cumplido, y esperemos siga cumpliendo, un lugar fundamental en nuestra vida ciudadana. Recordar a las víctimas de lo que fue la guerra de Sendero Luminoso es fundamental para saber quiénes somos. Desde su inauguración en el 2015, el LUM ha recibido numerosos visitantes y turistas, además de grupos escolares. Yo he llevado a muchos amigos periodistas y escritores de otros países que han quedado fascinados con la muestra.

Es evidente que la exposición señala a Sendero Luminoso como un grupo homicida culpable de la mayor cantidad de muertes y violaciones de los derechos humanos en esos años. Pero eso no significa que puedan ignorarse los abusos que cometieron algunos miembros de las Fuerzas Armadas. Está claro, por otro lado, que a las Fuerzas Armadas en su conjunto le debemos por muchas muestras de sacrificio y heroísmo contra los grupos terroristas. La directiva del LUM, presidida por el prestigioso historiador Manuel Burga, ha realizado una serie de eventos y publicaciones a propósito de estos temas. Esperemos que los problemas que tiene con los certificados que le pide la Municipalidad de Miraflores sean solucionados, como lo han anunciado el alcalde y el Ministerio de Cultura. No podemos vivir sin memoria y sin conciencia de quienes hemos sido y somos.

La educación, la cultura, la circulación de ideas, de prensa y lecturas, de música y artesanías populares, el pensamiento, la capacidad crítica y reflexiva, no son instrumentos de lujo, sino ejercicios necesarios para cualquier ciudadano de cualquier país. Una democracia en un país sin educación solo lleva a desastres electorales y económicos, como hemos visto tantas veces.

El deseo por la educación de calidad, un anhelo común y legítimo, es lo que un gobierno debería canalizar. Casos como el cierre del LUM, el despido de una persona capaz al mando de una institución y las frases disparatadas y ofensivas por parte del ministro de Educación son ejemplos de todo lo contrario.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Alonso Cueto es escritor

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