En la casa de las leyes no se respetan las leyes. Los no respetan su propio reglamento. Ni siquiera existe un debido control del cumplimiento de sus lineamientos desde la Oficialía Mayor y mucho menos desde la Mesa Directiva que hoy preside el congresista Eduardo Salhuana (Alianza para el Progreso).

Un ejemplo claro es el tema del transfuguismo: el 43% de la actual representación parlamentaria ha renunciado a la bancada del partido por el que fue elegido en las pasadas elecciones del 2021. En este punto, el reglamento parlamentario es claro al señalar, en su artículo 37, que “en ningún caso pueden constituir grupo parlamentario separado los congresistas que pertenezcan a un mismo partido”. En la actualidad, existen varios casos que no cumplen este punto.

La bancada del Bloque Magisterial –que se conformó con exmiembros de Perú Libre– tiene en sus filas a tres legisladores que están afiliados a Somos Perú desde julio pasado: Elizabeth Medina, Alex Paredes y Segundo Quiroz. Los tres parlamentarios izquierdistas se afiliaron al partido del corazón antes del cierre de plazo de afiliaciones del 12 de julio con miras a las elecciones del 2026. Siendo que Somos Perú cuenta con una bancada propia en el actual Parlamento, ¿por qué los tres legisladores aún forman parte del grupo parlamentario del Bloque Magisterial? Se trata de una clara falta al reglamento parlamentario. Lo mismo sucede con las legisladoras izquierdistas Sigrid Bazán y Lucinda Vásquez, quienes a la fecha se encuentran afiliadas a un mismo partido: Nuevo Perú, la agrupación de la excandidata presidencial Verónika Mendoza. Pese a pertenecer a una misma agrupación, integran bancadas distintas: Bazán forma parte del Bloque Democrático Popular y Vásquez del Bloque Magisterial.

Se trata de tres congresistas que deberían dejar de conformar la bancada del Bloque Magisterial, cuya conformación numérica bajaría de ocho a cinco miembros, al borde de no cumplir con el mínimo para continuar como un grupo parlamentario. La proximidad de las elecciones –y el vencimiento de los plazos de afiliaciones– agudizó la problemática del transfuguismo parlamentario. Entre tanto, el transfuguismo electoral nos ha llevado a que nueve nuevos partidos políticos –que no existían en el 2021– ahora cuenten con representantes en el Parlamento. Y estamos hablando de agrupaciones nuevas con figuras muy individualistas, como Primero la Gente, que tiene dos congresistas: una como no agrupada y otra como integrante del Bloque Democrático Popular.

Lo grave de la situación es que los cambios de camiseta aún pueden seguir dándose si miramos que existe un 21% de congresistas que no cuenta con afiliación alguna, pero que podría ser inscrito en la lista de cualquier partido como parte de la cuota de designados (entiéndase como invitados).

Ante ese escenario, se requieren dos medidas urgentes. Primero, que la Presidencia del Congreso disponga el cumplimiento del reglamento para ajustar a las actuales bancadas; y, segundo, la Comisión de Constitución debería empezar a elaborar una fórmula que ponga los candados necesarios para evitar que en el 2026 se repita la fragmentación que vive el Legislativo en la actualidad.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Martin Hidalgo Bustamante es Jefe Editorial

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