Mientras usted lee esta columna se cumplen 131 días de la huida del fugitivo más activo en las redes sociales de los últimos tiempos de nuestro país: Vladimir Cerrón. Y lo único que hasta ahora demuestra su fuga es que logística y contactos le sobran para pasearse él y al país como “Pedro por su casa”.
Y, seguramente para usted, esto no representa ninguna sorpresa porque nuestra historia, lamentablemente, así lo ha demostrado: fugarse cada vez es más fácil cuando se tiene a disposición a las cabezas de inteligencia nada menos que de la misma institución policial y, si a eso le sumamos un congresista como asistente logístico señalado además como articulador en los sobornos y ascensos irregulares policiales como Américo Gonza, entonces Cerrón habría encontrado la fórmula perfecta para hacer de su clandestinidad la más sostenible.
“El factor Gonza” (reportaje de “Punto final”) no solo demuestra las conexiones que mantienen fuerte a Cerrón aún en la clandestinidad, sino además Dina Boluarte no se inmuta ante el desorden moral y operativo en la policía que arrastra el gobierno del que ella es parte desde la época de Pedro Castillo. Por el contrario, pareciera que nuestra inteligencia ha estado diseñada para que Juan Silva, Fray Vásquez (finalmente detenido) y ahora Vladimir Cerrón sigan a sus anchas. Frente a esto, ¿es posible creer en el esfuerzo y despliegue policial? ¿O acaso se monta un show distractor en la búsqueda? ¿Le importa al Gobierno capturar a Cerrón o le preocupa que aparezca, a tal punto de pasar por alto un sistema que le estaría dando facilidades para su supervivencia? Dudas sobran cuando el último operativo en Asia estuvo a cargo del general Gregorio Villalón, aún en actividad pese a que su ascenso se dio en la época del tan cuestionado general Gallardo, y con nexos en Junín, ¡vaya coincidencia! A la luz de los hechos, la sensación es de estarle pidiendo mucho a la presidenta, cuya preocupación es salvarse de sus propias investigaciones usando los mismos artificios de supervivencia y elusión de la justicia que Cerrón. Una de las últimas declaraciones del exasesor de la fiscal de la Nación Patricia Benavides, Jaime Villanueva, afirma que esta última colocó a un fiscal amigo cercano al abogado de la presidenta con el objetivo de librarla de varias investigaciones; una de ellas, la masacre en las protestas.
Y, claro, fiel a su estilo y a través de su red social favorita X (antes Twitter), Cerrón salió a decir una vez más que su situación no responde a una sentencia por corrupción, sino a la tan desgastada “persecución política”. Un día más demostrando su habilidad para seguir burlándose del país con la venia de un Gobierno que está moralmente a su nivel. No se distraigan, ya son 131 días y contando...