En su conferencia de prensa posterior a la elección, el presidente Donald Trump dijo sobre los inmigrantes que viajan a Estados Unidos: “Quiero que vengan al país, pero deben ingresar legalmente”. Sin embargo, datos del gobierno recientemente publicados señalan que en lo que va del 2018, el gobierno de Trump está negando las solicitudes presentadas a los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos a una tasa 37% mayor que la del gobierno de Obama en el 2016.
Esto no tiene sentido: privar a los inmigrantes de opciones legales contradice el objetivo declarado del presidente de aumentar el crecimiento económico.
Un nuevo análisis para el Instituto Cato ha encontrado que el Departamento de Seguridad Nacional rechazó el 11,3% de las solicitudes a la agencia de inmigración, que incluyen aquellas para permisos de trabajo, documentos de viaje y solicitudes basadas en la reunificación familiar, empleo y otros motivos, en los primeros nueve meses del 2018. Esta es la tasa más alta de denegación registrada y significa que, para fines de año, el gobierno de Estados Unidos habrá rechazado a unas 620.000 personas, aproximadamente 155.000 más que en el 2016.
Este incremento de las denegaciones no puede atribuirse a un aumento general de las solicitudes. De hecho, el número total de estas en lo que va del año es un 2% más bajo que en el 2016. Es posible también que la alta tasa de rechazo esté desalentando a algunas personas a presentar una solicitud.
El abogado de inmigración Greg Siskind me dijo que estas cifras respaldan las anécdotas que ha escuchado de colegas de todo el país. El aumento en las negaciones, dijo, es “lo suficientemente significativo como para pensar que el Congreso debe haber aprobado una legislación que modifique los requisitos. Pero sabemos que no lo ha hecho”.
¿Entonces qué está pasando? El año pasado, la administración de Trump aumentó el tiempo de trámite de las solicitudes de inmigración al doble, triple o incluso más, lo que las hace más largas y complicadas que nunca. Este año también facilitó el rechazo directo de los solicitantes sin darles la oportunidad de enviar información aclaratoria.
Como resultado, la inmigración total a Estados Unidos ha disminuido durante el mandato de Trump, y menos viajeros extranjeros han estado ingresando al país. Estas tendencias son sorprendentes debido a que las economías de Estados Unidos y de casi todos los demás países están creciendo, lo que generalmente genera más viajes e inmigración.
Esto viene sucediendo en un momento en que hay más vacantes de empleo que solicitantes en Estados Unidos. Este mes, el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, declaró que un menor número de inmigrantes y trabajadores extranjeros desaceleraría el crecimiento económico al limitar la capacidad de las empresas para expandirse.
En algún nivel, Trump parece entender esta realidad, pero sus políticas están empeorando la situación.
–Glosado y editado–
© The New York Times.