Hace menos de un mes comenzó la interoperabilidad entre las dos billeteras móviles más importantes del Perú (Yape y Plin) que, combinadas, suman más de 17 millones de usuarios activos. Entre los beneficios potenciales más comentados está que se potencien los pagos digitales y que, gradualmente, estos igualen el uso de efectivo. Ahora bien, un beneficio menos comentado es el de la aceleración de la inclusión financiera: las billeteras móviles se han convertido en la herramienta principal de inclusión financiera desde hace ya varios años, y la interoperabilidad permitirá seguir impulsándola.
La inclusión financiera no solamente implica tener una cuenta en el banco, como comúnmente se cree. Estar formalmente incluidos en un sistema financiero significa tener acceso a todo el abanico de productos y servicios financieros que existe (desde un seguro de vida hasta una tarjeta de débito), usarlos eficiente y adecuadamente, y confiar en este sistema. El Banco Mundial afirma que la inclusión financiera es clave para el desarrollo económico y social de cualquier país. En este sentido, una participación activa en el sistema financiero es un catalizador del progreso en las personas.
En el Perú, aunque la situación ha tenido avances en los últimos años, las brechas existentes en materia de inclusión financiera entre una y otra región persisten. Según el Índice de Inclusión Financiera de Credicorp, elaborado por Ipsos, tan solo uno de cada cinco peruanos alcanza un nivel óptimo en este ámbito. Pero la situación se complejiza cuando analizamos zonas específicas.
Existe una diferencia marcada entre las zonas costeras y la selva, en contraste con la sierra. Las tres zonas de la sierra analizadas (norte, centro y sur) son las que tienen el nivel más bajo de inclusión financiera del país. En todos los casos, un porcentaje que supera al 60% de su población se encuentra en esta categoría; es decir, no conoce lo esencial del sistema, no aprovecha sus beneficios y, probablemente, tampoco confía en este.
La costa sur y norte, si bien se encuentran dentro de los puntajes más altos de inclusión financiera en el país, no llegan a alcanzar los niveles altos. En la escala del 0 al 100 usada en el índice, en donde un mayor puntaje significa un mejor estado de inclusión financiera, la costa sur tiene 41 puntos y la zona norte 40. Esto representa niveles medio bajos de inclusión.
En cuanto a regiones, el estudio analiza diez a detalle. Lima Metropolitana es la zona con mejor nivel de inclusión financiera del país, con 45 puntos, un puntaje que la ubica en la parte medio-inferior de la tabla. La fortaleza comparativa de esta ciudad es el alto nivel de conocimiento de productos financieros que tienen sus ciudadanos. En promedio, el limeño conoce casi nueve productos, un número similar al que logró Chile en el ránking de países.
A Lima le siguen Arequipa, La Libertad y Piura (todas por encima de los 40 puntos en la escala mencionada antes). Junín, Áncash y Cajamarca están por debajo de dichas regiones en esta escala y, finalmente, Cusco y Puno tienen las situaciones más críticas. En estos últimos dos casos, casi ocho de cada 10 personas no ahorraron dinero entre junio del 2021 y julio del 2022. Y dos datos muy relevantes: un cusqueño promedio conoce cinco productos del sistema financiero, cuando el promedio nacional es de siete; y un puneño promedio usa algún producto/servicio del sistema financiero 0,5 veces al mes, mientras que el promedio nacional es de seis veces.
Los resultados del estudio, si bien son preocupantes, nos dan algunas luces sobre qué priorizar en la estrategia de inclusión financiera nacional. Por ejemplo, si las billeteras móviles mencionadas al inicio han logrado incluir en el sistema a más de dos millones de peruanos en los últimos dos años, entonces un plan para potenciar la conexión a Internet en todo el país parecería ser clave. Los programas de educación financiera también son fundamentales para fomentar el uso adecuado de los productos financieros, generando mayor bienestar y confianza en el sistema.
En una etapa compleja como la que vivimos hoy, es importante generar y usar este tipo de información, con el objetivo de nivelar el terreno para todos y contribuir a cerrar brechas sociales importantes.