Cierra los ojos, e imagina estar en el corazón de la Amazonía, rodeado de una sinfonía de sonidos: el canto de los pájaros, el susurro de las hojas y los cantos distantes de los animales. Te encuentras en uno de los ecosistemas más importantes del mundo, la Amazonía, una de las reservas de carbono más importantes del mundo, un importante productor de oxígeno, y hogar de una de cada diez especies conocidas en la Tierra.
Pero ahora imagina una escena diferente en este mismo lugar. Máquinas atravesando el bosque, el suelo temblando y el aire, antes limpio, ahora lleno de olor a petróleo quemado, causando no solo contaminación, sino muerte a las especies que habitan en el bosque. Lamentablemente, esta es la realidad que enfrenta la Amazonía día a día.
Hoy, la Amazonía está bajo amenaza de desaparecer permanentemente. A la fecha, 17% de la Amazonía se encuentra deforestada y un 17% adicional se ha degradado. Si pasamos el umbral del 25% de deforestación podría iniciarse un proceso de autorregulación en el cual la Amazonía podría convertirse en un ecosistema parecido a una sabana, teniendo consecuencias devastadoras para el balance climático mundial, los ciclos hidrológicos globales y la conservación de la biodiversidad.
Si no tomamos medidas inmediatas, se estima que casi el 30% de la Amazonía se perderá permanentemente para 2030. ¡El momento de actuar es ahora!
La Amazonia se extiende a lo largo de 8 países, incluyendo el Perú. La crisis en la Amazonía no es solo una crisis ambiental, sino además una crisis de derechos humanos, el crimen organizado, incluyendo la tala, tráfico de personas, tráfico ilícito de drogas, minería ilegal, entre otras actividades ilícitas, han tomado el control de una importante parte de esta región. Es conocido que estos grupos no solo utilizan la violencia y su poder económico, sino además su influencia política para debilitar las instituciones y las leyes que buscan combatirlos. Esto es una realidad en varios de los países amazónicos, incluyendo Perú.
Es por eso la importancia de entender la protección de la Amazonía como una prioridad nacional, pues su protección no solo involucra la protección de un ecosistema vital para la vida a nivel global, sino además proteger la Amazonía representa combatir las mafias que no solo lucran de la destrucción de la Amazonía, sino que además son parte del sistema que corrompe al país.
La semana pasada, el Parlamento Andino publicó la declaratoria de Emergencia Nacional e Internacional de la Cuenca del Amazonas. Esta declaratoria de Emergencia se sustenta sobre la base de un Informe preparado por un grupo de trabajo internacional que co-lideré junto a Gustavo Nakamura y el Panel Científico por la Amazonía. Esta declaración debe ser únicamente un primer paso, y debe sumarse a acciones concretas a nivel nacional e internacional.
No hay sustento científico que pueda negar la emergencia que se vive en la Amazonía, la emergencia en la Amazonía es una realidad y abordar esta crisis es algo que debemos exigir a todas nuestras autoridades no sólo para garantizar la supervivencia de este ecosistema sino además para combatir al crimen organizado que tanto daño le hace al país.