Luego de 25 años de opresión, en medio de una terrible crisis económica, política, social y migratoria, los venezolanos hemos podido ejercer nuestro derecho al elegir el destino de nuestra nación.
El 28 de julio, el pueblo venezolano se expresó con fuerza por la opción del cambio en el país. Precedida por una campaña electoral sui generis, sin recursos económicos, sin publicidad, y rodeada de obstáculos de todo tipo impuestos por la dictadura, que además tuvo que enfrentar una brutal represión que incluye decenas de prisioneros políticos, la candidatura presidencial de Edmundo González Urrutia, respaldada por María Corina Machado y los líderes agrupados en la Plataforma Unitaria Democrática, se impuso con una diferencia abismal, pero Nicolás Maduro, en lugar de acatar el mandato popular, optó por el vulgar arrebato.
Diversos fueron los artilugios ilegales aplicados por el régimen de Maduro durante la jornada electoral. Primero, ante el aluvión de votantes opositores, retrasaron el proceso, utilizando para ello el dominio que el gobierno tiene sobre el organismo electoral, cuyo presidente viene de ser consultor jurídico de Miraflores. Luego, se ejecutaron diversas acciones contra los testigos de oposición, para evitar que los mismos obtuvieran las actas electorales que prueban los resultados.
A pesar de lo ocurrido, y gracias a la valentía y compromiso de nuestros testigos, hemos logrado obtener, hasta ahora, más del 80% de las actas electorales, que prueban una victoria de la oposición en todos los estados del país. Como hemos señalado y comprobado, tras el análisis de estas actas, el candidato Edmundo González Urrutia obtuvo más de siete millones de votos, una diferencia de cerca de cuatro millones con respecto de los alcanzados por Nicolás Maduro.
La victoria de Edmundo González Urrutia es lineal en todos los estratos sociales de la población, inclusive en los más desposeídos, que solían ser víctimas del amedrentamiento de grupos violentos y del chantaje de las ayudas o migajas sociales otorgadas por el oficialismo.
Las actas electorales que demuestran el triunfo de la oposición están a disposición de diversos gobiernos de la región y del mundo. Cualquiera que quiera verificarlas puede acceder al portal (resultadosconVzla.com).
A pesar de estas evidencias, el Consejo Nacional Electoral declaró ganador a Nicolás Maduro, pero sin entregar o mostrar las actas que avalan ese fraudulento anuncio. Este vulgar robo ha desatado protestas en todo el país, que han sido reprimidas ferozmente por la dictadura, dejando varias víctimas fatales.
La mayoría de los que hoy están protestando son personas que provienen de barriadas populares del país, cansados de vivir en la miseria que los ha sumido el denominado socialismo del siglo XXI.
La disposición de los líderes de la unidad democrática es lograr que sea respetada la voluntad del pueblo venezolano. Para ello precisamos el apoyo de todos los gobiernos y demócratas de Latinoamérica y del mundo.
Hoy los venezolanos luchamos otra vez por nuestra libertad. Lo lograremos. Que el mundo levante su voz en nuestro respaldo.