Los peruanos tenemos varias cosas que nos unen, hayamos nacido en la sierra o en la costa, seamos mestizos o mulatos, seamos grandes o chicos, seamos muy distintos en fin. Sin duda, nuestra comida nos ha unido los últimos años y está no solo en nuestro paladar. Dentro de estos elementos mágicos que integran un país completo, existe en nuestro caso una figura notable que nos une profundamente y es la de Miguel Grau. No hay buen peruano que no lo tenga en su corazón. Los peruanos buenos le tenemos un afecto inmenso.
El 27 de julio de 1984, fecha del 150° natalicio del almirante Miguel Grau Seminario, la Marina de Guerra del Perú recibió de la Universidad Católica del Perú el predio que habitó entre 1867 y 1879 con la familia que formó con Dolores Cabero. El 27 de julio del 2024 se conmemoraron 40 años de este hecho y de la creación desde entonces del Museo Naval Casa Grau de Lima.
La experiencia de visitarlo va mucho más allá de conocer la casona antigua del Centro Histórico de Lima a la altura de la Iglesia de la Merced que el héroe frecuentaba. En general, se conoce muy poco de la vida del almirante Grau más allá de lo aprendido en las aulas sobre su habilidad marinera en la guerra y su valiente inmolación en combate en 1879. Sin embargo, el guiado nos permite conocer al héroe a lo largo de su vida, la misma que estuvo marcada por los desafíos desde niño y que debe ser sin duda un ejemplo a seguir para todos.
En cada habitación del Museo Naval Casa Grau se nos describe una niñez que, para empezar, tiene que enfrentar la separación temprana de los padres, vaya primer gran desafío hace casi dos siglos; su vida embarcado desde los ocho años limpiando cocinas, baños y cubiertas en embarcaciones mercantes; su deseo de superación inquebrantable, auto educándose al no recibir educación convencional (escolar) debido a estar permanentemente navegando hasta los 19 años; y otros varios aspectos ciertamente sorprendentes de su vida adulta.
Miguel Grau fue una persona respetada a mediados del siglo XIX por sus valores e integridad. Su honestidad queda evidenciada con el pago puntual del alquiler del que hoy es el museo en su memoria (el manejo únicamente de sus ingresos profesionales no le permitieron adquirir su propia vivienda). El peruano del milenio enfrentó el inicio de la guerra del guano y el salitre siendo diputado y, pese a tener la opción de evitar regresar a la Marina –para comandar el buque que terminaría siendo inmortal como él–, asumió con valentía la defensa de la patria pese a los ocho hijos que dejaba encargados a su esposa. ¡Solo por esta acción Grau es un héroe antes de morir en el Combate de Angamos!
La conmemoración del cuadragésimo aniversario del Museo Naval Casa Grau de Lima en la fecha coincidente al 190° aniversario del nacimiento del almirante Miguel Grau fue una oportunidad para reiterar el testimonio de gratitud y respeto del país al peruano del milenio. Visitar el Museo Naval del Jr. Huancavelica 170 con seguridad hará que el afecto hacia nuestro héroe sea aún mayor. ¡Gloria al gran almirante del Perú!