En el último mes, en pleno reino de opiniones y pasiones, de polarizaciones, no existe solo una, Rafael Roncagliolo, Rafo, se pronunció rotundamente en favor de la candidatura de Juntos por el Perú, la que a poco de la primera vuelta declaró su apoyo casi irrestricto al candidato Pedro Castillo. Para muchas personas es el legado político de Roncagliolo. Es lo que él escogió en medio de su antigua lucha contra la enfermedad con plena lucidez, como él sabía hacerlo con la voz y la pluma.
Ingresó a Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú, PUCP, junto con Domingo García Belaunde y jóvenes del Colegio de la Inmaculada con fuerte sentido de pertenencia. Fuimos gremialistas en la Federación de Estudiantes de la PUCP, FEPUC, también yo en otras universidades. Casi adolescente se inscribió en el Partido Demócrata Cristiano otros también y formamos Izquierda Universitaria, IU, movimiento social cristiano según el aggiornamento del Concilio Vaticano II, con aportes del social progresismo, de teólogos peruanos y extranjeros como Gutiérrez, Velaochaga, también politólogo, y de filósofos como Salazar Bondy, Miro Quesada Cantuarias, Maritain y Mounier. Algunos tuvimos en cuenta contribuciones de dirigentes católicos y demócrata cristianos de otros países y de Cobián y Machiavello entre los precursores en la FEPUC. Estos años formativos y activos, así como temprana actividad docente en humanidades y ciencias sociales marcaron su vida como lo declaró no hace mucho.
Después que dejó, dejamos, la DC, se formó el efímero Movimiento Socialista Comunitario. Apoyó al gobierno de Velasco hasta que luego de iniciada “la segunda fase” fue dirigente cofundador del Partido Socialista Revolucionario, PSR, y exiliado en México. Luego de la desaparición de la Izquierda Unida de la cual el PSR fue cofundador, y auto disuelto dicho partido, pasó al activismo “desde la sociedad civil” en el Perú y el extranjero, mediante Transparencia, IDEA y redes alternativas, siempre buscando formar opinión e incidir en decisiones públicas.
No pocos recordarán los años 60 a 90 con crítica, rechazo o simple distancia. Mucho más quienes fueron afectados por diversas medidas del período velasquista, como la incautación, no expropiación, de diarios como El Comercio. Otros tratarán de poner en relieve solo sus últimas declaraciones y escritos. Es comprensible y hay derecho a ello.
“A los amigos solo lo bueno pedir y solo lo bueno hacer por ellos”, ha sido una norma que cultivamos. A sesenta años de vida cívica y profesional mi racconto de Rafo a quien nada debo es que su aporte a la consolidación de la República en la cuestión marítima con Chile es el mejor. Esa contribución a la construcción del Perú también se dio en la cuestión con Ecuador en el período de Fujimori. En ambos procesos cerramos filas por un interés y objetivo de Estado políticos, académicos, funcionarios internacionales peruanos no solo diplomáticos y militares, dentro y fuera del Perú. En su momento, Ferrero Costa, Rodríguez, De Trazegnies, Wagner, García Belaunde y Roncagliolo, durante varios gobiernos, cumplieron con la Patria. Esto es lo más importante. Con casi todos compartimos militancias partidarias pero sobre todo el amor al Perú, que hoy conmemora el 2 de mayo de 1866.
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