Después de 45 años Francisco Miró Quesada Cantuarias nos brinda nuevamente su obra “Humanismo y revolución”, publicada por el Fondo Editorial de la Universidad Ricardo Palma. Libro que renace en el momento preciso. Vincula el mensaje con las expectativas de nuestro tiempo.
El pensamiento alethéico de Miró Quesada se sintetiza en estas palabras: “El hombre, a través de la historia, va tomando conciencia cada vez más clara y profunda de lo que significa el pensamiento racional. Conforme adquiere mayor autoconciencia comprende con mayor evidencia que el ideal de la vida racional impone un sentido a la historia: la liberación total y definitiva del hombre”.
Aborda temas trascendentales como el concepto de ideología, afirmando que toda fundamentación de la praxis, para ser rigurosa, debe partir de axiomas o postulados bien definidos. Resulta evidente que el hombre no puede vivir sin teoría. La sabiduría de los antiguos lo calificó de animal racional, porque todas las teorías se hacen con la razón.
Por lo expresado, la ideología humanista de Miró Quesada estaría no solo explicada sino justificada históricamente. Proclama la libertad, defendiendo los derechos inalienables del ser humano. Afirma que la actual sociedad es injusta y que debe ser cambiada para que el Estado ya no sea utilizado por ningún grupo para conservar sus privilegios y perpetuarse en el poder.
El autor de esta obra, ya clásica en el pensamiento político peruano, señala: “Sin embargo, una transformación estructural, sobre todo cuando se va a aplicar a todo un sistema de dimensiones nacionales, requiere de un esfuerzo gigantesco y sistemático. Y si no puede justificarse, no vale la pena hacerla. Para llevarla a cabo, hay que vencer una serie de dificultades, hay que superar resistencias inerciales, resistencias directas de los grupos dominantes... esto quiere decir que el único fundamento auténtico de cualquier transformación estructural es el fundamento humano”.
Por otro lado, es una verdad inconclusa que el intelectual debe asumir con plena conciencia el ideal de vida racional, desarrollado magistralmente por Miró Quesada en el quinto capítulo.
En la apasionante segunda parte del libro explica en qué consiste la conciencia ideológica, definida como una clase que toma conciencia de su mundo, y afirma que aquel que pone las exigencias de la objetividad por encima de su interés personal podría llegar a comprender a todos los hombres, utopía soñada.
En el sétimo capítulo, “Dialéctica, lógica y humanismo”, profundiza como Heráclito de Éfeso el análisis de la dialéctica. Concluye que ciertamente no hay evidencias ni razones que nos permitan saber cuál es el camino que sigue la dialéctica. El lector asimilará sus asertos como una crítica amplia y elevada.
La profundidad de su filosofía política, si bien es cierto se revela en toda la obra, nos invita a filosofar. Pregunta fundamental: ¿Es posible defender la democracia por medio de la violencia dentro del orden constitucional?
La respuesta es clara y contundente.
“Humanismo y revolución” podría ser un libro vedado por dictaduras y gobiernos que atropellan los derechos fundamentales de los seres humanos, “porque si algo caracteriza a lo racional es su no arbitrariedad, la razón es la facultad de la no arbitrariedad. Negarles esta propiedad es negar su existencia”, opina el autor.
De todo esto se habla en “Humanismo y revolución”. Cada tema especulativo ocupa su lugar. Cada llama va consumiendo las inquietudes, las incertidumbres y las angustias, generando al mismo tiempo esperanza y fe en el futuro. Al final de la lectura sentimos placer espiritual. Algo ha cambiado en nuestras vidas. La pesadumbre metafísica desapareció.
Este es el hombre. Esta su obra, cumplida con honestidad y prestancia. Bien le viene el dictado: es la expresión de su sabiduría.