La desinformación suele atribuirse a las redes sociales. Pero la información falsa y dañina no solo está disponible en línea. También abunda en la televisión y radio, y mientras los políticos debaten cómo regular las empresas de tecnología, también deberían considerar abordar los peligros en permitir la difusión de información errónea, dondequiera que se publique.
La Constitución protege la libertad de expresión de la interferencia directa del gobierno, pero los legisladores también reconocen la necesidad de una intervención reflexiva. La semana pasada, se pidió nuevamente a los líderes de Google, Facebook y Twitter que respondieran preguntas del Congreso sobre cómo manejan material falso o dañino.
Pero no está claro que reducir el dominio de las empresas de tecnología sea suficiente. Además, abordar solo la industria de la tecnología no solucionará el problema, porque la información errónea que se difunde en un medio se ve reforzada y amplificada por las falsedades que se difunden en otro.
La televisión y la radio a menudo están llenas de información engañosa, tanto en los programas de noticias como en los anuncios, y la transmisión le da a la información una pizca de legitimidad. Hay otra forma en que el gobierno puede reducir la difusión de información inexacta.
Hace décadas, mucho antes de que existiera una industria tecnológica, la Comisión Federal de Comunicaciones instituyó la doctrina de la equidad, una política que requería que las emisoras presentaran diversos puntos de vista sobre temas controvertidos. La ley fue desmantelada en 1987.
El Congreso debería considerar revitalizar la doctrina de la equidad. Este esfuerzo se basaría en el derecho del público a estar informado, más que en que el gobierno controle la libertad de expresión. Y debe ir acompañado de la designación de comisiones públicas o jurados ciudadanos que brinden supervisión independiente para enfrentar la desinformación tanto en los medios en línea como en los medios de difusión.
La confianza del público en la industria de los medios de comunicación ha ido disminuyendo durante años. Puede restablecerse asegurando el compromiso de los medios de practicar la verificación de datos y presentar perspectivas contrastantes sobre temas importantes para los consumidores de noticias.
La doctrina de la equidad requería que las empresas de medios presentaran puntos de vista alternativos sobre temas sensibles. Una versión renovada y ampliada de esta política podría permitir a los organismos independientes revisar material inexacto y requerir que las plataformas tecnológicas y los medios de difusión publiquen y respondan a las críticas.
–Glosado y editado–
© The New York Times
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