Rodolfo Salas Gismondi

Desplazar a la ballena azul del título del de la Tierra no es un acontecimiento menor. En el mundo científico, significa desafiar lo que sabemos sobre los límites que puede alcanzar la vida y, en consecuencia, reescribir muchos libros de biología. Hoy, con un peso estimado en 200 toneladas, ese título lo reclama el ‘’, el cetáceo de 39 millones de años de antigüedad descubierto en el desierto de Ocucaje por el paleontólogo peruano Mario Urbina. Este destacado logro académico publicado en la prestigiosa revista “Nature” es importante en muchos aspectos.

Primero, el ‘Perucetus’ estaba fuera de todo cálculo, a tal punto que a Mario le tomó algunos años convencer a científicos peruanos y extranjeros de que los gigantescos restos eran realmente huesos. La razón principal es porque su tejido óseo es absolutamente compacto como la roca, a diferencia del típico tejido esponjoso característico del hueso de otros animales. Además, vértebras y costillas adquirieron mayor volumen, como si se hubieran hinchado. Huesos con estas modificaciones extremas hacen único al ‘Perucetus’ entre los animales vivientes o extintos y representan un reto para reconstruir su apariencia externa y su modo de vida. Algunos animales acuáticos costeros, como los manatíes, focas e hipopótamos, poseen en proporción más hueso compacto que los animales terrestres y que los cetáceos vivientes (ballenas y delfines). El hueso compacto en estos animales es una respuesta adaptativa que les proporciona peso durante el nado –como los plomos de un buzo–. Pensamos que el volumen y densidad extrema de los huesos del ‘Perucetus’ reflejan una forma de vida asociada a las costas y cerca del fondo marino.

Segundo, se desconocía que un animal tan grande y pesado había vivido en el mar hace 39 millones de años, durante el Eoceno. En esa época, los mares tenían temperaturas relativamente altas y se pensaba que sus recursos no eran tan abundantes, como sucede usualmente en los mares tropicales del mundo. Entonces, ¿qué recursos en el mar pudieron alimentar poblaciones de animales de 200 toneladas? En la actualidad, la abundancia de recursos de nuestros mares (fito y zooplancton, peces, etc.) está en la columna de agua, pero en el Eoceno al parecer la abundancia de recursos se encontraba en el suelo marino de la zona costera. Este era el hábitat del ‘Perucetus’ y al parecer el lugar que podía brindar recursos suficientes para su subsistencia. No conocemos el cráneo, pero pensamos que era carnívoro como lo son otros cetáceos.

Tercero, el ‘Perucetus’ reafirma la existencia de una enorme riqueza paleontológica en el Perú. Es sabido que nuestro país es rico en historia y restos arqueológicos. También posee una enorme biodiversidad, grandes recursos naturales y una tradición culinaria reconocida en el ámbito mundial. Bueno, es necesario que sepamos que en todo nuestro territorio –costa, sierra y selva– hay sitios paleontológicos de gran riqueza e importancia, con fósiles finamente conservados y que representan archivos del origen de nuestros ecosistemas y biodiversidad. Ocucaje y Sacaco en el desierto costero destacan por su preservación, abundancia y, sobre todo, porque documentan la evolución del mar y sus habitantes durante los últimos 42 millones de años. En estos lugares se han descubierto famosos animales del pasado, como el cachalote hipercarnívoro ‘Livyatan melvillei’, el perezoso marino ‘Thalassocnus’, el delfín morsa ‘Odobenocetops’, todos publicados en su momento también en “Nature”.

Finalmente, el ‘Perucetus’ ha logrado despertar nuestro orgullo: ¡el animal más pesado de todos los tiempos es peruano! Cientos de niños han llevado a sus padres al Museo de Historia Natural (MHN) para ver a este colosal habitante de nuestro pasado y tomarse fotos con su destacado descubridor. Miles de jóvenes postean y repostean notas sobre cómo era el ‘Perucetus’ y se dan cuenta de que la investigación científica puede ser una carrera interesante y divertida. Cuando con Mario empezamos en la paleontología hace más de 20 años, éramos dos jóvenes decididos a desarrollar esta ciencia en el Perú. El denodado trabajo de colecta y excavación del ‘Perucetus’ que implicó la remoción de toneladas de roca es un reflejo del duro camino recorrido para que hoy el MHN posea una fantástica colección de más de 10 mil fósiles de vertebrados de todo el país. Ingemmet rige la labor paleontológica en el Perú y la UPCH y San Marcos forman nuevos investigadores en paleontología. Mucho se ha avanzado, pero aún el laboratorio de preparación del MHN, donde se limpiaron y conservaron los fósiles del ‘Perucetus’, tiene techo de esteras. El cráneo del ‘Perucetus’ sigue bajo tierra y Mario Urbina continúa en su búsqueda sin presupuesto. Una ciencia que puede lograr tanto con tan poco merece la atención y el apoyo de las autoridades. Es momento de darnos cuenta de que la ciencia tiene una función prioritaria en nuestra sociedad.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Rodolfo Salas Gismondi Ph.D. Universidad Peruana Cayetano Heredia

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