Bogotá [Reuters]. Colombia solicitará a Estados Unidos, a la Unión Europea y a otros países incluir a las disidencias de las FARC en las listas de organizaciones terroristas como parte de una estrategia para cerrarles espacio a sus actividades criminales a nivel internacional, anunció el martes la Cancillería.
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Las disidencias de la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuentan con unos 2,500 combatientes dedicados a actividades de narcotráfico y extracción ilegal de oro en zonas selváticas y montañosas del país, según fuentes de seguridad.
Líderes de la exguerrilla de las FARC que se habían desmovilizado anunciaron su regreso a la lucha armada en agosto de 2019 por considerar que se incumplió un acuerdo de paz firmado en 2016 para poner fin a un conflicto de más de medio siglo que ha dejado unos 260,000 muertos y millones de desplazados.
“Cancillería anuncia inicio de gestiones diplomáticas a través de embajadas para inclusión del Grupo Armado Organizado Residual como organización terrorista en listas de Unión Europea, Estados Unidos y otros países”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores en su cuenta de Twitter.
La designación de un grupo como terrorista hace que sea ilegal para cualquier persona, gobierno o empresa proporcionarle apoyo o recursos materiales como propiedades, servicios financieros, equipos de comunicaciones, armas, sustancias letales, explosivos, personal y transporte.
Adicionalmente los grupos calificados como terroristas se exponen a la confiscación de bienes y la persecución policial de sus líderes e integrantes.
El grupo rebelde izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN) está incluido en la lista de organizaciones terroristas, mientras que las desmovilizadas FARC están en proceso para ser retiradas después del acuerdo de paz que les permitió convertirse en un partido político tras dejar las armas.
En una conferencia contra el terrorismo que se realizó el lunes en Bogotá, más de 20 países liderados por Estados Unidos, se comprometieron a unir esfuerzos para combatir el terrorismo en la región.
El conflicto armado en Colombia podría incrementarse este año con ataques explosivos urbanos si las disidencias de las FARC cumplen sus planes para presionar un nuevo acuerdo de paz y una reforma constitucional que garantice cambios políticos, económicos y sociales, dijo recientemente Henry Acosta, un experto en temas de reconciliación.
El Gobierno del presidente Iván Duque considera a las disidencias como “una amenaza terrorista” y descarta cualquier negociación con esas estructuras armadas por lo que ordenó una ofensiva militar para desarticularlas.