Melbourne (DPA)
Un joven de origen afgano y vínculos con islamistas atacó con un cuchillo a dos policías en Australia y fue abatido a tiros por uno de ellos, en un caso que volvió a poner en primer plano el temor en el país ante la presencia de presuntos terroristas.
El joven, de 18 años, sacó el cuchillo sin previo aviso en un estacionamiento de una comisaría en Melbourne y se lo clavó a los policías, uno de los cuales le disparó. "Fue en defensa propia", argumentó el jefe de policía de la ciudad, Andrew Colvin.
Los agentes están heridos pero su vida no corre peligro. Miembros del grupo antiterrorista habían citado al joven el martes para declarar en la comisaría, después de que llamara la atención por llevar una bandera de Estado Islámico (EI). El coche del sospechoso fue registrado después del incidente sin que se encontraran explosivos.
La semana pasada fueron detenidas 15 personas en la mayor redada realizada hasta ahora en Australia por sospechas de terrorismo. Según el servicio secreto, los extremistas planeaban decapitar a un ciudadano elegido al azar en plena calle y colgar el video en Internet.
ALERTA EN AUSTRALIA
Tras el ataque con el cuchillo, el primer ministro del país, Tony Abbott, afirmó que el caso demuestra que "hay gente entre nosotros dispuesta a cometer actos extremistas". "También muestra que la policía está siempre vigilante y que nos protege de quienes nos desean el mal", añadió a la radio ABC.
Abbott habló mientras viajaba a Nueva York, donde participará en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU precisamente sobre la lucha contra EI. Australia envió la semana pasada 600 soldados a Cercano Oriente para apoyar la operación internacional contra la milicia.
Parientes del joven muerto declararon a ABC que estaban muy preocupados últimamente por su comportamiento y que le habían recomendado buscar ayuda profesional. Organizaciones musulmanas que temen represalias exigieron a su vez una investigación en profundidad del hecho.
Desde el 12 de setiembre rige en Australia un nivel elevado de alerta por posibles atentados. Sin embargo, las autoridades no informaron de una amenaza concreta cuando anunciaron la medida. Tras las detenciones de la semana pasada se supo que líderes de EI habían ordenado telefónicamente a simpatizantes locales decapitar a personas por la calle.
Las autoridades tienen conocimiento de la presencia de al menos 60 australianos que combaten en las filas de EI en Iraq y Siria.