Kabul (EFE) Casi un centenar de civiles murieron y 42 resultaron heridos en un atentado de coche bomba a un concurrido mercado del sureste afgano, en uno de los ataques más sangrientos registrados en el país.
El atentado, en el que fallecieron al menos 89 personas, ocurrió promediando las 10:30 a.m. (hora local) en un mercado abarrotado de gente en el distrito de Orgun, en la provincia de Paktika, afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa, Zahir Azimi.
El vocero explicó que entre los muertos habían muchos niños y mujeres. Agregó que los heridos fueron evacuados en helicóptero a un hospital local.
El gobernador del distrito, Mohamed Reza, dijo que el mercado estaba repleto de gente que realizaba compras de Ramadán y se preparaban para la Fiesta del sacrificio, la mayor festividad musulmana.
"La explosión fue muy potente y sacudió toda la zona. Había sangre por todos lados", añadió Reza, quien aseguró que entre los muertos había, además de civiles, dos policías, hecho que corroboró un agente que se trasladó hasta el lugar.
"Vi los cadáveres de dos de mis compañeros en un charco de sangre y polvo", manifestó el efectivo.
Las imágenes recogidas por los medios locales mostraron el área del atentado completamente destruida, con autos calcinados, tiendas destruidas y convertidas en una maraña de hierros, escombros y decenas de personas tratando de rescatar a los supervivientes.
"Los enemigos de Afganistán pagarán un duro precio por matar a afganos. No nos pueden detener. El país seguirá adelante", sentenció vía Twitter el ministro del Interior, Mohamed Umar Daudzai.
Este atentado es uno de los peores cometidos en el país asiático en los últimos años.
En 2011, 62 personas murieron en dos atentados contra la minoría chií y otras 41 perdieron la vida en un ataque suicida durante la Fiesta del Sacrificio en 2012.
El ataque coincide con un período de inestabilidad en el país a la espera de que se conozcan los resultados de las polémicas elecciones presidenciales después de que los dos candidatos, Ashraf Gani y Abdullah Abdullah, llegaran a un acuerdo para auditar todos los votos, luego que Abdullah denunciara un fraude masivo por parte de la comisión electoral.
Un portavoz de los talibanes, Zabiulá Muyahid, rechazó la autoría en el atentado, puesto que "siempre buscan el modo de proteger a los civiles y no es su intención perpetrar ese tipo de ataques", informó el medio local Khaama.
Sin embargo, el analista afgano Ahmad Sayidi aseguró que los talibanes son los autores del ataque, puesto que "al no poder atentar contra la Policía o los (soldados) extranjeros, optaron por su segundo objetivo habitual: los civiles".
"No les importa nada ni nadie. Lo único que desean es traer a toda costa la inseguridad" afirmó Sayidi.
Los atentados suicidas son, junto a los artefactos explosivos improvisados, los métodos más recurrentes de los talibanes para atacar a las fuerzas afganas e internacionales, aunque en la práctica causan un elevado número de víctimas civiles.
En los seis primeros meses de este año, en Afganistán perdieron la vida 1.564 civiles, un 17% más que en la primera mitad de 2013, mientras que los heridos fueron 3.289, un 28% más.
Los datos muestran una preocupante situación en Afganistán después de que el año pasado las fuerzas de seguridad se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la misión de la OTAN, que culminará definitivamente a finales de este año.
Estados Unidos ha anunciado que mantendrá a unos 9.800 soldados en territorio afgano hasta finales de 2016.